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25 septiembre 2013

Una mujer de 84 años muere arrollada por un tren en Torres

La vía ha permanecido cortada casi tres cuartos de hora, hasta que la autoridad judicial ha permitido reanudar la circulación

24.09.13 - 17:53 -

El apeadero de Ganzo, situado en la localidad de Torres (Torrelavega), fue el escenario de la muerte de Filomena Llovio, una mujer de 82 años, vecina del Barrio Covadonga, que fue arrollada por un tren de Feve que realizaba el recorrido desde Santander hacia Puente San Miguel y cuya última parada había tenido lugar en la estación de Torrelavega a las cuatro y cinco de la tarde de este martes. El convoy se dirigía hacia el final de su trayecto en el momento que tuvo lugar el trágico suceso.

Según relataron algunos testigos, que llegaron al lugar al tiempo que lo hacía la Policía Nacional, el conductor del tren hizo señales con las manos para avisar a los agentes de dónde se hallaba el cuerpo, ya sin vida, de la mujer: unos metros más adelante de donde se calcula que tuvo lugar el impacto, a la altura del cartel que indica el nombre de la parada.

Una vez retirado el cuerpo de la víctima, podían observarse sobre las piedras algunos restos de sangre y arena, probablemente utilizada por el conductor para tratar de frenar lo antes posible. También había un zapato en las mismas vías. Pocos vecinos presenciaron lo ocurrido, pues se trata de un apeadero que sólo es visible para quienes cogen el tren en ese lugar, ya que está ubicado entre arbustos.

Según explicó Estéfani Díaz, vecina de la zona, que ya ha presenciado esta escena en más ocasiones porque era trabajadora de la gasolinera que se encuentra junto a la vía, probablemente la mujer se asomara para cruzar y no tuviera tiempo para reaccionar, debido a la gran velocidad a la que circula el tren. La vecina también explicó que el único signo físico que presentaba la mujer tendida en las vías era un golpe en la cabeza.

Según otro testigo, David Díaz, al poco tiempo de ocurrir el suceso, familiares de la víctima, que identificaron el cadáver, llegaron al lugar de los hechos, donde también acudió la ambulancia y, finalmente, la funeraria. Tras el accidente, cuatro trenes de cercanías y uno de media distancia que tenían que circular por esa vía registraron retrasos de 35 minutos. Finalmente, la circulación se reanudó a las 16.45 horas.

A diario, son decenas las personas que residen en los alrededores de Ganzo y Torres y que atraviesan estas vías a la altura del apeadero para evitar dar un mayor rodeo por el paso elevado, lo que puede provocar accidentes como este.

Otros atropellos en la misma zona

No es el primer atropello que se produce en esta zona o en lugares próximos. En noviembre de 2011, a unos cien metros del lugar del atropello de hoy, murió un niño de dos años. El pequeño Neizan, de dos años, fallecía tras ser arrollado por un tren de FEVE cerca de un paso a nivel sin barreras del pueblo de Torres, en Torrelavega. Pasada la una de la tarde, el menor correteaba jugando por un descampado aledaño a la vía, cerca de la casa prefabricada de su abuelo. Neizan perseguía a la mascota familiar, un perro mestizo, cuando el tren se lo llevó por delante.

En 2010 Un tren de cercanías que cubría el trayecto entre Puente San Miguel y Santander arrolló a un hombre, cuyo cadaver fue encontrado, entre las paradas de Ganzo y Altamira, recorrido que realizaba el tren que se dirigía a Santander desde Puente San Miguel.

En junio de 2007 la víctima fue otra mujer mayor que falleció tras ser arrollada por un tren de mercancías que realizaba el trayecto comprendido entre El Berrón (Asturias) y Santander cuando cruzaba las vías en las inmediaciones del apeadero de Ganzo (Torrelavega). Al observar la presencia de la mujer en la vía, el maquinista accionó el freno de emergencia e hizo sonar la bocina del tren, pero estas medidas de urgencia no impidieron el arrollamiento de la víctima, que falleció en el acto.

En 1999 fue un hombre de 82 años, M.J.O.B., vecino del pueblo de Ganzo quien fue atropellado en la el 25 de noviembre por el tren cuando cruzaba las vías a la altura del apeadero de Torres. Los hechos ocurrieron en torno a las doce menos cuarto de la mañana, cuando M.J.O.B. se disponía a cruzar las vías de FEVE para pasar desde Ganzo a Torres cuando, debido a su avanzado estado de sordera, no oyó la llegada del ferrocarril y fue arrollado por el mismo.

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