En pleno debate sobre la obligatoriedad del casco entre los ciclistas urbanos, Renfe abre el suyo propio: ¿Se debe permitir la bici a bordo de todos los trenes? ¿Y si es así, con qué normas? La cuestión no es baladí. Hasta hace una semana los usuarios de la línea Intercity que enlaza Vigo y Madrid por Valladolid podían subirse al vagón con sus bicicletas bajo el brazo. La unidad 449 que lo operaba disponía de espacios y ganchos para transportarlas sin problema. Entre otros, demandaban esa comodidad los peregrinos que viajaban a Ponferrada para emprender el Camino de Santiago. Con la entrada en vigor de los horarios estivales -el 3 de junio- el trayecto del Intercity pasó a prestarlo un moderno S-121 que carece de un habitáculo reservado para los ciclos. Su uso depende ahora de la decisión del interventor.

"El nuevo material no está habilitado para transportar bicicletas; ahora el asunto depende un poco de la voluntad de cada empleado", lamenta Carlos Díaz, responsable del sector ferroviario de UGT. Desde CC OO, su coordinador de área, Severino Rodríguez, coincide en señalar las incógnitas que rodean al problema. "En los S-121 las bicicletas carecen de un espacio propio... Existe un hueco, pero no es específico para esa función", añade Rodríguez, quien afirma que el tema llegará al comité sindical. Su propuesta es que, "mientras no se aclaren las dudas, se permita llevar la bici al viajero que lo avise con antelación". En ese caso sería necesario solicitar "de forma previa" un consentimiento de Renfe que evite, por ejemplo, que haya más bicis que espacio.

La conexión Vigo-Madrid del Intercity no es la única que padece un problema con los ciclos. El suyo ni siquiera es el más "sangrante". Díaz asegura que el tren que liga, a diario, las estaciones de Guixar y Campanha, en Oporto, se enfrentan a un curioso inconveniente burocrático. "Los viajeros pueden transportar las bicicletas en territorio español; pero, como en Portugal no se permiten a bordo de los vagones, cuando llegan al otro país deben dejarlas", critica el portavoz ugetista. Díaz asegura que un grupo de ciclistas tuvo que apearse hace poco en Valença.

Curiosamente el convoy Vigo-Oporto está siendo protagonista de un esfuerzo de la española Renfe y la lusa Comboios de Portugal (CP) para mejorar sus sinergias. Tras la última Cumbre Ibérica -celebrada en mayo en Madrid- las operadoras de ambos lados del Miño se comprometieron a habilitar en julio un tren directo entre ambas metrópolis que acortará de forma importante sus tiempos.

Otra mejora pactada es la comercialización de un "billete único" -en la actualidad es necesario comprar uno de Renfe y otro, en Valença, de CP- que se empezará a comercializar hoy mismo.Fuentes de Renfe confirmaban ayer que la venta arrancará "en torno a media mañana".