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30 julio 2013
El Cormorán
Las catástrofes desnudan
El comportamiento algo mezquino del Gobierno tras el accidente de Santiago
29.07.2013 | 00:00
Javier Morán Hay algo de comportamiento mezquino en el Gobierno de la nación a causa del accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Lo ha mostrado con gran empeño el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), ente que depende del Ministerio de Fomento y que al menos en dos ocasiones se ha manifestado sibilinamente, pero en ambas ha quedado en evidencia.
La primera consistió en echar la culpa al Gobierno anterior del PSOE de que la zona del accidente no tuviera cobertura del EMRTS -el sistema propio de la Alta Velocidad en toda Europa-, sino del ASFA, de menores prestaciones. Pues bien, a la vez que el Adif desplazaba esa culpa a los anteriores responsables de Fomento estaba reconociendo que existe una culpa en el presente, es decir, que de una decisión errónea en el pasado se derivaban las consecuencias actuales. Pero lo lamentable del caso es que el Adif y su matriz de Fomento han tenido los 19 meses que ya dura este Gobierno para corregir el error en el caso de que requiriera reparación. E insistimos en que requiere reparación puesto que el Adif señala el fallo de los antecesores.
La segunda ocasión en la que el Adif no pudo mejorar el silencio fue al explicar que el maquinista del tren siniestrado tendría que haber comenzado a frenar cuatro kilómetros antes de la curva de autos. Sin embargo, el cuadro de velocidades que utilizan los maquinistas dice que la velocidad permitida hasta unos cientos de metros antes de la curva es de 220 kilómetros por hora. Es evidente que son los propios maquinistas los que frenan antes o actúan de modo que la curva no se les eche encima, ya que si se fiaran de las prescripciones técnicas del tramo correrían el riesgo de tragársela cada poco.
Las catástrofes ponen al desnudo a todos los que las circundan y, como se ha intentado demostrar, el papel del Gobierno a través de su brazo armado ferroviario, el Adif, ha sido más bien lamentable. Pero si han hecho tantos aspavientos y tan torcidos es porque además del fallo humano hay agujeros y deformaciones poco recomendables en la Alta Velocidad española.