Las lanzaderas –que ahora cumplen un año– han democratizado el AVE con unos servicios económicos, y sin perder velocidad, que diariamente permiten a cientos de vallisoletanos ir a su trabajo a Madrid y volver a dormir junto a sus familias, algo impensable antes de la puesta en marcha de los Avant.
Muchos de ellos han dicho adiós a la ciudad del Manzanares después de más de una década de viajes de ida los lunes y vuelta los viernes, todo el día cargados con la maleta. "Ha cambiado nuestras vidas", reconocen.
Para comprobar la demanda real de los servicios Avant sólo hace falta acercarse hasta la estación de trenes a las 6.45 horas, cuando sale la primera lanzadera hacia Madrid, con un índice de ocupación que oscila entre el 90 y el 100%.
Hasta octubre la media de usuarios era de 1.500 al día. A pesar de los avances, el servicio se puede mejorar a juicio de los usuarios, que plantean una serie de cambios para garantizar la flexibilidad necesaria para que los viajeros confeccionen sus rutas ajustadas a los horarios laborales de Madrid.