TRENEANDO
El ‘tren de Arganda’ se hace oír de nuevo en la vía con su característico e histórico pitido
16 octubre 2012
El pitido del ‘tren de Arganda’ vuelve a resonar. Todos los domingos por la mañana de los meses de octubre, noviembre y diciembre, la asociación Vapor Madrid pone en la vía el convoy madrileño que va ocupando un lugar importante en el mundo ferroviario. El tren inicia su recorrido en la estación de La Poveda, en Arganda, y continúa por una línea exclusiva de casi cuatro kilómetros hasta la Laguna del Campillo, en el municipio de Rivas-Vaciamadrid. Posteriormente, el tren y todos sus pasajeros regresan a la estación inicial de La Poveda.
La locomotora Arganda, o locomotora Henschel Arganda, es la joya de la asociación. Una locomotora de vapor-carbón que fue fabricada en el año 1925 en Kassel (Alemania) y que fue diseñada como una máquina especial para industrias y haciendas, para poder arrastrar una carga considerable, a velocidad reducida, con sus ruedas de pequeño diámetro. Trabajó en unas obras del puerto del Musel (Gijón, Asturias). Su velocidad máxima se estima que es de 20 kilómetros a la hora. Es decir, no era la máquina ideal para trenes de viajeros, por su limitada velocidad. Es una locomotora-ténder, con rodaje de tres ejes acoplados, sin ejes libres, clasificada como 0-3-0T. Muy apropiada para el servicio turístico.
Aunque madrileño de nacimiento, ‘el Tren de Arganda’ recorría 70 de los 148 kilómetros de su trayecto por tierras de la Alcarria de Guadalajara. Sus orígenes datan de 1883, cuando se concedió a Juan Carlos Morillo la licencia para la construcción de un ferrocarril que uniría la capital de España con la población de Vaciamadrid y posteriormente con la de Arganda, con la finalidad de transportar los materiales de construcción que abundaban en estos lugares. La empresa se llamó ‘Compañía del Ferrocarril Madrid-Arganda’, que en 1892 se cambió por el de ‘Compañía del Ferrocarril del Tajuña’, al tener en previsión el paso de la línea férrea por la vega de este río.
La velocidad de este tren era bastante baja, ya que no pasaba de los 50 kilómetros a la hora dándose las mejores condiciones, siendo lo normal que circulase a gran lentitud, circunstancia que aprovechaban los viajeros para estirar las piernas por el campo mientras el tren marchaba o para echarse unas uvas a la boca al pasar junto a un majuelo; así se entiende el dicho: “el tren de Arganda, que pita más que anda”, que lo ha hecho popular.
Solamente los domingos el tren efectúa tres viajes, partiendo el primero a las 11.30 horas. Pueden consultarse otros detalles en la página de Internet de la asociación ‘www.vapormadrid.com‘.
Según la afluencia de visitantes, el tren está compuesto por más o menos coches. Normalmente, la locomotora tira de tres vehículos, aunque solo uno es original de la línea, aproximadamente del año 1916.
La estación de La Poveda dispone de todos los elementos ‘de época’, tales como campana, reloj de pared, depósito de agua, barreras, puente de señales, marquesina, caseta de enclavamientos, retretes, carbonera, y un pequeño museo.
(Imagen Carlos Teixidor Cadenas en Wikimedia Commons)