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30 enero 2012

OPINION

Sobre trenes, problemas de financiación y China

domingo, 29 de enero de 2012

Esa fue la razón por la que por resoluciones números 723 de fecha 24 de septiembre de 2008, 849 de fecha 4 de noviembre de 2008, 69 de fecha 5 de febrero de 2009, 375 de fecha 4 de junio de 2009, 282 de fecha 1º de diciembre de 2009, 127 del 8 de junio de 2010, emanadas de la Secretaría de Transporte de la Nación, dispusieron sucesivas prórrogas en el plazo de presentación de las ofertas técnicas y económicas.
Similares dificultades se adujeron en otros grandes proyectos de infraestructura ferroviaria, tales como el tren bala a Rosario y Córdoba. Ambos trenes, impulsados por Ricardo Jaime y el ministro Julio De Vido, fueron adjudicados en el año 2008 y los proyectos congelados por falta de recursos. La obra, que fue tasada en US$ 4.000 millones, quedó en manos del consorcio Veloxia, que lidera la francesa Alstom asociada con Emepa, Iecsa e Isolux.

Acuerdos con China

En el medio del debate por la paralización de estos proyectos ferroviarios, durante el mes de julio del año 2010, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó con la empresa china CITIC International un acuerdo para recuperar el tramo del ferrocarril Retiro-Mendoza.
Esta iniciativa forma parte de una serie de convenios firmados por la Presidenta con las empresas de China por U$S10 mil millones para recuperar la red ferroviaria nacional. Como parte de este acuerdo, la empresa china se comprometió a proveer 279 coches para el subterráneo porteño, con un valor de 650 millones de dólares, y 500 mil toneladas de rieles, a utilizarse para la mejora y recuperación del sistema ferroviario argentino.
En esta ocasión, el ministro de Obras de la Provincia de Mendoza, Francisco Paco Pérez, confirmó que esta firma representará un beneficio para Mendoza pero aclaró que ello no se concretaría en el futuro cercano. En ese sentido, indicó que los vagones que el país adquiera a China se utilizarían en primer lugar para reforzar el tren Belgrano Carga y los trenes de la línea San Martín que operan en el conurbano bonaerense.
En el mes de octubre del año 2011, el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, anunció que el Gobierno nacional había comprado en China todo el material rodante para el ferrocarril Mendoza-Buenos Aires. Asimismo, destacó que era necesaria la recuperación ferroviaria de la traza del ex ferrocarril San Martín, informando que el material rodante comprado a China es de última generación, se encuentra en fabricación y se supone que estará en Argentina en el transcurso del año 2012. Respecto a los coches, se indicó que eran de muy buena calidad, alcanzando velocidades de 160 km por hora. Por último destacó que un gran desafío era la construcción de la vía y que las obras durarían mucho menos de cuatro años. Sin embargo, no se dieron precisiones en cuanto a plazos de realización del proyecto.

Implicancias del acuerdo

Desde una perspectiva del comercio exterior, si Argentina compra directamente vagones, locomotoras y subtes a China implica que éste es uno de los pocos socios comerciales dispuestos a realizar acuerdos en miras a recuperar la red ferroviaria. Esta realidad vendría impuesta por el default en el que se encuentra nuestro país que subsistirá hasta tanto se negocie con el Club de París y por la oposición al otorgamiento de créditos internacionales manifestada recientemente por los Estados Unidos. En efecto, la calificadora de riesgo soberano Standard & Poor’s que recientemente rebajó la nota a Francia desatando una verdadera crisis económica, indicó en su último informe del mes de enero que la situación económica de nuestro país se caracteriza por un acceso limitado a mecanismos de financiación y una falta de previsibilidad en la dirección de las políticas económicas.
Por lo tanto, la negociación de Argentina con China tiene dos interpretaciones importantes. En primer lugar, implica la virtual paralización del proyecto de tren de alta prestación Retiro-Mendoza tal como fuera concebido en el año 2007, a pesar de no haber habido ninguna declaración oficial en ese sentido (el tren de alta prestación no estaba pensado para convivir con el actual sistema de cargas, debía construirse una vía paralela, con un nuevo sistema de comunicaciones, informatizado y con un tiempo máximo de recorrido entre Mendoza-Retiro de 10 horas). En segundo lugar, se destaca la imposibilidad del país de acceder a financiación occidental para la realización de grandes y necesarios proyectos de infraestructura.
Trabas económicas, manejos políticos deficientes, promesas irrealizables y desilusiones que se suceden una tras otra. Esperamos que el proyecto de un tren competitivo, ágil, eficiente y con frecuencias diurnas y nocturnas arribe prontamente a la Estación Realidad, donde millones de argentinos aguardamos impacientes. 

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