TRENEANDO
Una exposición recuerda la construcción hace 125 años del ferrocarril Bilbao-Portugalete
13 marzo 2013
El tren de la ría cumple siglo y cuarto de vida. El ferrocarril Bilbao-Portugalete (y Triano, no olvidemos que son tres los integrantes de este importante polo de comunicación del Norte) es el objeto de una exposición que ha organizado los Amigos del Ferrocarril de Bilbao, en colaboración con el Ayuntamiento de Barakaldo y la Fundación de Trabajdores de la Siderurgia General. La muestra se inaugura mañana en la sede de la FSTI de la localidad fabril ys e mantendrá abierta hasta el 4 de mayo.
La idea inicial que dio paso a este trazado era fundsmentalmente conseguir el acceso a los puertos vizcaínos de la linea de Ferrocarril de Bilbao a Tudela, su enlace con el Ferrocarril de la Diputación de Bizkaia, o más conocido como el Ferrocarril de Triano, y su trazado paralelo a todas las empresas, metalúrgicas y navales sobre todo, que surgieron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en la margen izquierda del Nervión.
Al contrario que en Bilbao, donde se han cumplido 150 años de la llegada del tren y ninguna instititución ha recordado la fecha, Barakaldo rinde tributo al ferrocarril de la ría que durante 125 años ha sido vital para el desarrollo de la margen izquierda y su conexión con la metrópoli y la zona minera. Ha sido un tren fabril, utilizado sobre todo por trabajadores, y que aún hoy en día sigue funcionando como una de las líneas de cercanías de Renfe. La exposición pretende recordar la importancia que ha tenido, y sigue tenioendo, la línea de la ría para la vertebración de esta importate comarca vizcaína. Pese a que no vive sus mejores momentos (el metro ha restado un importante número de viajeros a esta línea más que centenaria), todavía sigue siendo vital para la comunicación entre Bilbao y los municipios de la margen izquierda.
El ferrocarril Bilbao-Portugalete no se culminó hasta septiembre de 1888, pero el 19 de marzo de ese año el tren llegaba ya hasta la estación de Desierto, en Barakaldo. La estrecha relación que ha mantenido a lo largo de su historia con las fábricas y empresas que jalonaban su recorrido le da una impronta especial a este núcleo de comunicación. Según asegura el profesor, y gran conocedor del mundo ferroviario, Angel Ormaechea “es importante significar la estrecha relación entre el ferrocarril Bilbao a Portugalete, con la sociedad Altos Hornos de Bilbao …. ya que Altos Hornos y los (accionistas) vinculados con la empresa representan el 55,64% del (capital) suscrito”. Este compromiso con la financiación del ferrocarril siguió manteniéndose en el futuro a través de la suscripción de títulos de renta fija y de las sucesivas ampliaciones de capital. El tren de la ría tuvo desde el principio una relación muy especial con los acaudalados hombres de negocio de Vizcaya.
Los principales accionistas originales fueron el Banco de Castilla y F. de Solaegui, con 500 acciones; Sociedad Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao, que por fusión con otras siderúrgicas se convertiría en Altos Hornos de Vizcaya, con 200; y Urquijo y Compañía con 100. Otros diez accionistas más (Mariano de Basabe, Fernando Alonso, Luis de Zubiría, Ricardo de Gaminde, Juan Mª de Olabarri, Andrés deArana, Ramón Bergé; Juan Mª y Gabriel de Ibarra y José Villalonga) suscribieron 50 títulos cada uno de ellos. Pablo Alzola, gran conocedor del mundo del ferrocarril y que desempeñó el cargo de director derente de la futura empresa, suscribió 40 títulos.
La construcción de la línea se realizó en dos fases, la primera, entre Bilbao y Desierto, terminada en la primavera de 1888; la segunda, entre este último punto y Portugalete, que no finalizó hasta el último trimestres de ese mismo año. Al contrario que la mayoría de los ferrocarriles de la red ferroviaria vasca de la época que se inclinaron por la vía métrica, el Bilbao-Portugalete eligió el ancho 1,67 metros.
En 1924 la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España adquirió todas las acciones del ferrocarril Bilbao-Portugalete. Como al principio la empresa dependía fundamentalmente del transporte de materiales, se acordó prolongar la línea hasta Santurtzi con la ayuda de la Junta de Obras del Puerto. En 1930 transportó 5 millones de viajeros y tres años después se electrificó la línea; objetivo planteado ya desde 1891.
En 1937 se restauró la estación central Bilbao-Naja y construyeron una estación subterránea en lugar del edificio modernista de Pablo Alzola, enfatizando así el carácter metropolitano del ferrocarril. Finalizada la guerra, el ferrocarril se integró en la red de Renfe. En los últimos años, tanto el trazado (han desparecido las vías del centro de la ciudad) como instalaciones y estaciones han sufrido una profunda tranmsformación.