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3 marzo 2014

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LAS LOCOMOTORAS BARACALDO Y SANTURCE

 
Locomotora «Santurce», fotografiada en el puerto de Pasajes por Xavier Santamaría

La reputada marca de trenes a escala Electrotrén ha decidido ampliar su cada día más amplio catálogo, con la reproducción de dos interesantes locomotoras del antiguo Ferrocarril de Triano, bautizadas en esta línea con los nombres de Santurce y Baracaldo. Es por tanto una magnífica excusa para repasar someramente la historia de estas bonitas máquinas.
El ferrocarril de Triano inició su andadura con pequeñas locomotoras de dos ejes. La Bilbao fue posteriormente vendida por Renfe a la fábrica de Mieres. Fotografía de John Blyth, archivo EuskoTren, Museo Vasco del Ferrocarril
 
El ferrocarril de Triano es un caso verdaderamente excepcional en los ferrocarriles de nuestro país ya que, junto al del Urola en Gipuzkoa, fue el único construido por una Diputación, en este caso, la de Bizkaia. Inaugurado en 1865, su objetivo era el transporte del mineral de hierro extraído en los ricos criaderos existentes en el entorno del monte Triano y, para tal fin, la Diputación de Bizkaia construyó una vía férrea desde Ortuella hasta los descargaderos establecidos en La Punta de Sestao, donde el mineral era trasbordado a los barcos fondeados en la ría del Nervión para su transporte final con destino a las principales siderurgias europeas.
Las locomotoras «Sestao» y «El Valle» fueron las primeras de tres ejes del ferrocarril de Triano. Archivo EuskoTren, Museo Vasco del Ferrocarril 
 
En sus inicios, y dado que el trazado era descendente para los trenes de carga, el ferrocarril de Triano recurrió a pequeñas locomotoras tanque de dos ejes acoplados. De este tipo fueron las primeras siete unidades adquiridas por la Diputación. Sin embargo, el constante incremento de la demanda de transporte de minerales hizo que estas reducidas máquinas resultaran insuficientes para asegurar la tracción. En consecuencia, en 1880 la Diputación de Bizkaia adquirió a la firma británica Sharp Stewart dos locomotoras de tres ejes que, como las anteriores, disponían de un característico depósito de agua en forma de albarda. Con los números de fábrica 2926 y 2927, fueron matriculadas como locomotoras 8 y 9 y bautizadas con los nombres de «Sestao» y «El Valle», respectivamente.
Primitiva imagen de la locomotora «Baracaldo», cedida por Óscar Ramos Moreno
 
El ferrocarril de Triano pronto pudo constatar los buenos resultados de sus dos nuevas locomotoras, por lo que un año más tarde decidió adquirir otras tres unidades prácticamente idénticas al mismo constructor. De este modo, en 1881 salieron de sus talleres sitos en Manchester las locomotoras 10, 11 y 12, con los números de fábrica 3.009, 3.010 y 3.011 y bautizadas como «Parcocha», «Baracaldo» y «Santurce», respectivamente.
Locomotora «Santurce», fotografiada en el servicio de maniobras de la estación de Logroño por Lawrence G. Marshall
 
Con el paso del tiempo, el ferrocarril de Triano fue ampliando su parque de material motor con unidades más modernas y potentes, lo que le permitió vender las más antiguas a otros operadores. En consecuencia, cuando en 1941 la línea de la Diputación fue incautada por el Estado e integrada en la recién creada Renfe, la nueva empresa estatal solo recibió dos unidades de esta serie, la «Baracaldo» y «Santurce», que fueron rematriculadas como 030-0230 y 030-0231, respectivamente.
 
Locomotora «Santurce», fotografiada en Pasajes por Xavier Santamaría
 
Locomotora «Baracaldo» en servicio de maniobras en Bilbao-La Casilla. Fotografía de Jeremy Wiseman.
 
En 1953 Renfe culminó la electrificación del ferrocarril de Triano y, en consecuencia, su parque de locomotoras de vapor se dispersó por otras líneas y depósitos, siendo destinadas al servicio de maniobras en las principales estaciones de la red estatal. En concreto, tanto la «Baracaldo» como la «Santurce» fueron remitidas a Miranda de Ebro, donde aseguraron toda clase de maniobras en las principales estaciones de su entorno. Por ejemplo, la «Santurce» fue fotografiada por Lawrence G. Marshall en Logroño. En 1960 fue alquilada a la Azucarera Leopoldo, en Miranda de Ebro para ser vendida, en 1963, a la Junta de Obras del Puerto de Pasajes, donde prestó servicio hasta el año 1968. Poco después, tan interesante máquina fue desguazada en Santa Olalla de Bureba (Burgos). Más suerte tuvo su hermana que, afortunadamente, fue preservada por la Escuela Politécnica Universitaria de Burgos.
Las locomotoras «Baracaldo» y «Santurce» fueron apartadas en la estación de Santa Olalla de Bureba para su desguace. Afortunadamente, la primera fue preservada por la Escuela Politécnica Universitaria de Burgos. Fotografía de Xavier Santamaría

 

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