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26 septiembre 2014
Publicado por Juanjo Olaizola
LA ESTACIÓN DE PONT DE FUSTA
Vista general de la fachada principal de la estación de Pont de Fusta
Tras un año de actividad, iniciada en enero de 2012 de la mano de la prestigiosa revista Vía Libre, este blog suma el primer centenar de pequeñas historias de nuestros trenes. Para celebrar este hito, quiero dedicar esta nueva entrada a una de mis terminales ferroviarias favoritas: la valenciana estación del Pont de Fusta.
Valencia contó en el pasado con una de las más interesantes redes de ferrocarriles suburbanos de vía estrecha de nuestro país, el popular "trenet" que, posteriormente, ha servido de base para el desarrollo del moderno sistema de metro que atiende las necesidades de movilidad de la capital del Turia y de su entorno más inmediato.
Llegada de un tren de la línea de Bétera, compuesto por un automotor y dos remolques, construidos en 1928 para los ferrocarriles portugueses y adquiridos de ocasión por el "trenet" tras la Guerra Civil
Hasta la inauguración de las primeras líneas de metro, en 1988, la mayor parte de los ferrocarriles de vía estrecha valencianos convergían en la activa estación de Pont de Fusta, de la que se llegó a decir que registraba tantos viajeros como la londinense estación Victoria.
La estación de Pont de Fusta, que recibía su nombre de una pasarela de madera con la que los viajeros que llegaban a la terminal podían cruzar el cauce del río Turia y alcanzar el centro histórico de la ciudad, fue inaugurada en el verano de 1892 para centralizar en sus andenes los servicios ferroviarios que, desde Valencia, se dirigían al Grao, a Rafelbunyol, a Bétera y a Llíria. El edificio de viajeros fue diseñado por el arquitecto valenciano Joaquín María Belda Ibáñez en un depurado estilo clasicista.
Maniobra de enganche de un automotor a su remolque en la estación de Pont de Fusta
Trabajos para la retirada del automotor Nº 14, descarrilado tras la rotura de un eje
La primera vez que visité la estación de Pont de Fusta fue en el año 1977. La visión resultaba impresionante, ya que la intensa actividad ferroviaria que registraba la terminal contrastaba con la gran antigüedad del material móvil con el que se prestaba servicio. Los automotores eléctricos más primitivos databan de 1917, es decir, acababan de cumplir los sesenta años. En cuanto a los más modernos, los populares "fabiolos", adquiridos de ocasión por Feve en 1972 a los ferrocarriles vecinales belgas (SNCV), no era tarea fácil determinar su edad ya que, la mayoría de ellos eran, en realidad, fruto de sucesivas reformas y reconstrucciones, en algunas ocasiones de vehículos tan antiguos como los originales del "trenet".
Algunos automotores, construidos en 1917, prestaron servicio hasta mediados los años ochenta
Salida de un automotor de la serie 50 en dirección al Grao
Sea verdad o exageración, la comparación de la estación de Pont de Fusta con la londinense de Victoria, la actividad de la terminal valenciana era incesante. A todas las horas en punto, a los cuartos, las medias y los menos cuartos, salían simultáneamente de sus andenes trenes con destino al Grao, a Rafelbunyol y a Paterna (cada hora uno continuaba hasta Lliria). Además, cada veinte minutos salía un tren hacia el Seminario, de los que, igualmente, cada hora, uno prolongaba su recorrido hasta Bétera.
Entrada simultánea de un automotor procedente de Paterna y un "fabiolo" de la línea de Rafelbunyol
La estación de Pont de Fusta siempre disponía de algún tractor, como el de la imagen, construido por Devis en 1933, para la realización de maniobras
En las proximidades de la estación de Pont de Fusta se encontraban los talleres generales del "trenet"
A partir de 1988, la progresiva transformación del histórico "trenet" en el moderno metro de Valencia fue restando tráfico a la histórica terminal de Pont de Fusta que, en la actualidad, únicamente contempla el paso de los tranvías de las líneas 4 y 6. Por su parte, el edificio de viajeros se ha reconvertido en sede de la policía local.