Treneando

Noviembre 5, 2009

Los ferrocarriles se construyeron en Rusia, al igual que en el resto de los reinos europeos, durante el segundo y el tercer cuarto del siglo XIX. Sin embargo, la región de Siberia quedó fuera de las rutas trazadas en esa época, ya que era una zona inhóspita, casi deshabitada y con pocos recursos, salvo las pieles, y el negocio no era tan importante como para invertir ingentes cantidades de dinero para sustituir los trineos o el transporte fluvial por el ferrocarril. Tras el descubrimiento de los grandes yacimientos minerales, el zar Alejandro III decidió impulsar la construcción de una línea férrea, emulando a los Estados Unidos de América y su ferrocarril transcontinental. Para ello empleó como mano de obra a prisioneros voluntarios, pero las condiciones eran tan duras que se pasó del voluntariado a la leva forzosa. De esta forma nació el Transiberiano.

Lejos de lo que piensa la mayor parte de la gente, el Transiberiano no es un tren sino una red ferroviaria que conecta la Rusia europea con las provincias del Lejano Oriente ruso, Mongolia y China. La ruta principal fue inaugurada tras trece años de intenso y difícil trabajo, el 21 de julio de 1904. Con una extensión de 9.288 kilómetros, el tendido férreo consigue unir Moscú con la costa del Pacífico rusa, más precisamente con Vladivostok (en el mar de Japón) y cruza la mayor parte de la que fue Asia soviética. Esta vía, que atraviesa ocho husos horarios y cuyo recorrido transcurre durante casi siete días de viaje, constituye el servicio continuo más largo del mundo.

Para llevar a buen término esta ardua y complicada tarea, en una región peligrosa y llena de obstáculos, se utilizó como mano de obra a los convictos de la Isla Sajalín y otros lugares, aunque en la construcción del tendido férreo también participaron soldados rusos.

Uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentó la traza ferroviaria fue el lago Baikal, localizado a unos 65 kilómetros al este de Irkutsk. Con 650 kilómetros de largo y entre 29 y 80 kilómetros de ancho, tiene una profundidad de 1.7 kilómetros. El agua es tan clara que se puede ver a 50 metros de profundidad. Y permanece durante cinco meses helado. Era obligado, por tanto, hacer un rodeo de miles de kilómetros para salvar esta nueva dificultad.

Para no retrasar aún más la puesta en marcha del tren hasta terminar de construir el demorado trazado de las vías en la accidentada orilla sur del lago, se decidió unir las rutas del tren interrumpidas por el Baikal atravesando sus aguas heladas en un ferry especialmente diseñado para la ocasión.

Para hacer factible la travesía, las autoridades rusas adquirieron en Inglaterra un ferry rompehielos. Construido en apenas seis meses, fue desembarcado en San Petersburgo-Leningrado, y transportado cuidadosamente, desmontado y empaquetado en secciones, a través de las 7.200 kilómetros por tierra que separaban a la ciudad del lago Baikal. El viaje fue una verdadera hazaña que tardó en culminar con éxito dos años y tres meses. Mientras se construía el trazado férreo que bordeaba el lago, el rompehielos cruzaba de un extremo al otro del Baikal transportando la locomotora y los coches de pasajeros que hacían la ruta. Los pasajeros y sus equipajes seguían viaje en trineos a través de los hielos; aunque después también fueron embarcados en la embarcación especial.

El ferry tren era capaz de avanzar de cinco a diez kilómetros por hora en invierno, abriéndose paso con cierta dificultad a través de los hielos que cubrían el Baikal. Podía llevar hasta veinticinco grandes vagones de mercancías. El sistema de transporte en el rompehielos se abandonó en cuanto se hubo completado el tramo que unía las vías del tendido ferroviario que bordeaba el lago.

El Baikal es el lago más grande, profundo y antiguo del mundo, y contiene algo más del 20% del agua dulce de toda la superficie terrestre. Es conocido por la notable transparencia y calidad de sus aguas y por la gran diversidad de plantas y animales que lo habitan (1.

600 especies animales y 800 vegetales); la mayor parte de las especies que se encuentran en él son endémicas, incluidas sus focas de agua dulce, únicas en el mundo, que debieron migrar río arriba desde el mar (probablemente durante una glaciación) y han quedado aisladas (el lago se encuentra a 1.

700 kilómetros del mar).

En el lago hay valiosas pesquerías de esturión, salmón y otros tipos de peces y mariscos (como la episura, una especie de gamba de reducido tamaño cuyo papel es fundamental en la cadena alimenticia, pues filtra el agua a través de su organismo). En sus proximidades hay pozos de petróleo y minerales, así como fuentes de aguas termales. Las orillas del sur están pobladas por frondosos bosques de abetos y abedules.

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