sábado, 2 de abril de 2022

170 AÑOS DE COMUNICACIONES FERROVIARIAS ENTRE VALÈNCIA Y SU GRAU (IV)

 

 

Fachada principal de la estación del Grao de València, la más antigua de España. Fotografía de Mercedes García Fernández

 

La estación más antigua de España

Aunque en Mallorca afirman que la estación de Sóller es la más antigua del mundo, ya que su edificio fue levantado en el año 1606, es fácil suponer que, en su origen, debió de tener otra función, ya que todavía fue necesario que transcurrieran dos siglos para la invención del ferrocarril. De hecho, era una antigua mansión, reciclada en 1912 para su nueva finalidad.

Descartada la estación de Sóller, la estación más antigua que se conserva en España es la del Grao de València, levantada hace ahora 170 años, ya que otras predecesoras en los ferrocarriles de Barcelona a Mataró o de Madrid a Aranjuez, fueron destruidas y sustituidas por nuevas construcciones a lo largo de los años, mientras que en la antigua terminal valenciana todavía se conserva el edificio original.

Aunque sus proyectistas, el ingeniero británico James Beatty y el español Domingo Cardenal señalaron en la memoria constructiva de las estaciones del ferrocarril de València al Grao que «toda idea de lujo en ellas debe desterrarse porque el gasto que produce es completamente improductivo», en realidad, diseñaron sencillos, pero elegantes edificios de un depurado estilo neoclásico. En el caso del Grao, la fachada que recae sobre las vías estaba provista de una marquesina de hierro y cristal que acotaba la zona de espera de los viajeros. En la fachada principal, orientada hacia los muelles del puerto, se utilizaron los rehundidos como elegante recurso ornamental sobre los paramentos de ladrillo con revoco, mientras que en los basamentos de las columnas se utilizó piedra de Montcada, que ofrecía cierta concesión al lujo, no exenta de funcionalidad.

La primitiva estación del Grao ha experimentado, a lo largo de sus 170 años de historia, numerosos cambios. Su activa vida se vio marcada por la supresión del servicio de viajeros en 1925 y su especialización en el tráfico de mercancías hacia el puerto, lo que hizo prescindibles determinadas dependencias, como las taquillas o las salas de espera, que fueron reacondicionadas para otras funciones como factorías y estancias para el personal ferroviario. Además, durante la Guerra Civil se vio afectada por los bombardeos de la aviación fascista, que destruyeron su fachada sur, posteriormente reconstruida respetando el estilo original.

Desde 1925, la estación del Grao de València se utilizó para regular el acceso ferroviario a los muelles del puerto de la ciudad. Sin embargo, en 2006 se inauguró una nueva conexión, más directa, desde la estación de clasificación de Font de Sant Lluis, lo que supuso su desafección. Desde entonces, su antigua playa de vías se ha empleado como aparcamiento, así como en diferentes eventos como la instalación de circos y ferias, y en actividades populares como concursos de paellas. Mientras tanto, el histórico edificio levantado en 1852, como se ha señalado, la estación ferroviaria más antigua de España, espera paciente un nuevo destino que permita la preservación y recuperación de una construcción fundamental para la historia del ferrocarril en nuestro país.

 

 

 
Pin It