LaVozdeGalicia.es
15 marzo 2013
Arousa
El ADIF proyecta cobrar por aparcar en la estación de tren
El proyecto se enmarcaría en la reforma de las instalaciones de Vilagarcía
Dos viejos proyectos, aparcados en su día, están a punto de ser recuperados. Ambos tienen que ver con la estación de ferrocarril de Vilagarcía y esta nueva oportunidad les es concedida por la, si nada se tuerce, próxima conclusión del Eixo Atlántico de alta velocidad. Cuatro años después de que la omnipresente crisis llevase al ADIF a renunciar a la reforma de sus instalaciones en Arousa, el operador ferroviario heredero de Renfe se plantea una remodelación. Más modesta que la proyectada inicialmente, pero remodelación al fin y al cabo.
Fuentes del ente público que gestiona las infraestructuras del ferrocarril reconocen que apenas existen partidas para inversión en obra civil. Sin embargo, las líneas destinadas al corredor atlántico sí disponen de capacidad económica. La reforma del complejo arousano se acometería, precisamente, bajo el paraguas de la alta velocidad en el eje que comunica A Coruña y Vigo. Todas las estaciones incluidas en el trazado están siendo objeto de intervenciones, más o menos amplias. Y Vilagarcía, de materializarse el proyecto que maneja el ADIF, no sería una excepción.
Claro que la idea trae aparejado un segundo cambio que también salió a relucir varios años antes del proyecto frustrado del 2009 y tampoco se llevó a cabo. Por el momento, la plaza de la estación funciona como un aparcamiento libre y gratuito. Las renovadas instalaciones romperían esta dinámica al acompañarse de un párking de pago y acceso limitado.
El primer intento en el 2005
El primer intento por cerrar la plaza de la estación se planteó en los primeros meses del 2005, en tiempos de la ministra Magdalena Álvarez. La división de infraestructuras de Renfe estaba a punto de invertir 300.000 euros en el adecentamiento del espacio exterior de sus instalaciones en Vilagarcía, entonces bastante deteriorado.
Al hilo de un nuevo asfaltado, el pintado de plazas de estacionamiento y pasos de peatones, y la instalación de un ascensor para dar acceso a los andenes 2 y 3, la compañía ferroviaria paladeó la idea de comenzar a cobrar por aparcar en la remozada plaza. La propuesta no sentó demasiado bien en la capital arousana, cuyas protestas llevaron a Renfe a desistir de su intención a las primeras de cambio.