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10 septiembre 2015

CÓRDOBA / PRIMERA PLANA

¿METROTRÉN? QUE HABLE LA CIUDADANÍA

Día 09/09/2015
 
Las promesas del bipartito de ampliar la participación pararían un tren, pero no hará un referéndum para el cercanías

 

Que si el Ayuntamiento no está en condiciones de asumir el déficit de una línea de tren porque hay que priorizar la salvación de Aucorsa (empresa municipal de autobuses); que si hay pocos documentos que sustenten el proyecto… Las justificaciones que dan PSOE e IU para no acometer el Metrotrén puestas una tras otra me da que enlazarían Alcolea con Villarrubia, que era el recorrido de este sistema de transporte público diseñado por el anterior gobierno local, del PP. Argumentos necesitan, y muchos, para hacer descarrilar una iniciativa a la que ADIF ha destinado ya 2,2 millones para preparar tres estaciones —y hay 700.000 euros más en las cuentas del Estado de 2016 para un apeadero nuevo en la avenida de la Libertad—; está redactado un contrato para ponerlo en marcha acordado con Renfe o en la que a los populares sí les salían las cuentas. Más bien pareciera que fue víctima de un bipartito que ha arrollado las grandes actuaciones heredadas del PP.

Ahora, el cogobierno de izquierdas ha resucitado este proyecto, pero, mucho me temo, es para meterlo sin ensuciarse las manos en una vía muerta para siempre. PSOE e IU han anunciado que una comisión de colectivos sociales y vecinales y de técnicos se pronunciará sobre la viabilidad del cercanías. Luego, el Consistorio decidirá. Eso sí, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, ha dicho que la postura municipal vendrá condicionada por el dictamen que reciban del órgano a constituir.

El bipartito busca así que no le culpen de haberle puesto el semáforo en rojo. Nada más. Porque la posibilidad de que las conclusiones de la comisión se aparten de los planteamientos de Capitulares son aún menores que las de que el AVE a Madrid llegue tarde. Los maquinistas que tiran aquí de la participación ciudadana son muy pocos, porque la mayoría de la sociedad no se monta en ella por falta de tiempo o de ganas, porque lo ve otra forma de politiqueo. Y sus posicionamientos suelen circular por la izquierda, con lo que concluirán que el Metrotrén no arranque.

El cogobierno tenía otra opción, valiente, pero más arriesgada para sus intereses, para tratar de devolver a cocheras este proyecto: un referéndum. No debería tener problema en convocarlo, porque sus promesas de que ampliará la participación servirían para parar un tren. De hecho, en el pacto que permitió la investidura de la regidora, PSOE, IU y Ganemos acordaron impulsar «consultas populares en la toma de decisiones cruciales» para la capital. Y tener o no cercanías es un tema de movilidad clave.

Lo de dar poder al vecino de a pie queda muy bonito para los discursos, pero a las primeras de cambio se lo lleva por delante el mercancías de la vieja política que tan bien saben conducir los que presumen de hacer la nueva. Porque el bipartito no se atreverá a preguntarnos si queremos subirnos o no al Metrotrén.

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