Las máquinas trabajan ya en dar forma el nuevo paso subterráneo que permitirá salvar la vía del tren en pleno centro de O Barco de Valdeorras. Ayer comenzaron las obras, que tienen un plazo de ejecución de tres meses, para construir un paso que eliminará el actual (estrecho, oscuro y fácilmente inundable) y permitirá una comunicación a pie entre ambos lados de los raíles.

Adif fue la encargada de redactar el proyecto de la obra, y también de sacarla a concurso. Salió con un presupuesto máximo de 306.000 euros, aunque finalmente se adjudicó por casi un 25% menos, según los datos aportados por el alcalde, Alfredo García. El Concello sufragará el coste al 50% con Adif, que también se encargará de la dirección de la obra. Con tres meses para los trabajos, el regidor no quiso poner fecha para una posible apertura del paso. «Pero para el verano estará abierto y en uso», avanzó.

El inicio de las obras supuso la aparición de la primera máquina en la zona, que está trabajando por el lado de la entrada a la estación de tren. Junto a la última casa de Adif, una pala se encargaba por la mañana de retirar parte del muro y también la tierra que hay en la escollera de la vía. Para llevar a cabo esta actuación fue necesario cortar al tráfico el acceso a la calle Ramón y Cajal desde Eloy Rodríguez Barrios. Los vehículos fueron desviados hacia la calle Santa Rita.

«Es una de las grandes obras -decía el alcalde-, porque la importancia no radica exclusivamente en el importe ni en el coste, sino en el servicio para los vecinos; y no solo para los de ese barrio, sino para todo el pueblo, va a ser importantísimo». García aseguraba que conectar ambos márgenes de la vía del tren fue uno de sus objetivos de gobierno, y que tenía tres proyectos. El primero fue el paso para vehículos, «y la eliminación de aquel paso a nivel que costó unas cuantas vidas, y eso se consiguió», recordó. El segundo proyecto será el que ahora se ha puesto en marcha. «Y una vez que se termine esta obra, empezaremos a trabajar en la tercera, que incluso tenemos el proyecto hecho, porque ya lo hizo Renfe en su día», avanzó. Esa tercera actuación consistirá en «duplicar» el paso existente a la altura de la calle Xirimil. «Ahí no caben los coches, y además hay peatones; por lo tanto, es un problema», añadía García. Se hará ahí «un cajón paralelo al que hay», de ocho metros de longitud, para que crucen los coches (no será posible darle profundidad para permitir el paso de vehículos más grandes, según el alcalde). El actual paso quedará para los peatones. El presupuesto de esta actuación ronda los 400.000 euros.