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30 diciembre 2011

ANA PASTOR, MINISTRA DE FOMENTO

Foto: "El País"



Carta abierta a la ministra de Fomento

Dª ANA PASTOR

Estimada ministra:


Sorpresa. Es lo que nos ha producido el nombramiento de ud como ministra de Fomento. Todos la hacíamos por el terreno de la sanidad, lo social, la dependencia, las administarciones públicas, etc. Pero un ministro, una vez nombrado, sirve en este país para amañar un roto o un descosido, cosa muy discutible. Un hecho muy sintomático, que nos sirve para advertirle, es que todos, todos los grandes de la construcción y de la obra civil, incluidos los cabezas de los grupos de presión, han perdido el culo para asistir a su toma de posición, una vez cumplimentados los srs Montoro y  De Guindos para darle la vara con que las inversiones en infraestructuras son la salvación de la economía, y decimos nosotros, sobre todo de las suyas. Ha quedado demostrado por estudios científicos que más y más inversiones en infraestructuras no se traducen necesariamente en más PIB (Matilde Mas, I Encuentro de Economía del Transporte, FEDEA Marzo 2011). Las inversiones rentables social y económicamente son las que generan crecimiento económico, mediante el conocido efecto multiplicador.

Al igual que con cualquiera persona, cuenta ud de salida con todo nuestro crédito, que ud deberá administrarse si quiere que, a su salida del cargo, lo mantenga intacto. Si ud lo permite, queremos darle unos cuantos consejos sobre el negociado del que se hace cargo a partir de ahora, aunque sólo sea por la veteranía que tenemos en hablar casi todos los días sobre transporte, economía y ferrocarril desde hace 6 años desde esta plataforma y por las experiencias profesionales de las personas que componen este Foro. Si le echa un vistazo hacia atrás, podra observar que siempre hemos seguido cabalgando aunque nos ladraran. Precisamente por eso.

Uno: Acorácese frente a los embates que va a tener que soportar de las patronales y los lobbies del ramo para que invierta e invierta. O lo que es lo mismo que compre, que compre. Los de la carretera, los del ferrocarril que hacen las vías, los fabricantes de trenes, los que quieren el negocio de los aeropuertos y no querrán quedarse con los pequeñitos ruinosos de la desastrosa AENA. No se deje llevar por los cantos de sirenas y átese al palo de la embarcación y cierre con cera sus oídos a los pérfidos cantos de los escualos. Que sean los macroeconomistas del ministerio de economía quienes le digan, primero con cuánto dinero cuenta y cuáles son las inversiones más rentables. Y no se salga de ese guión, ni una obra más, y siempre con el preceptivo estudio previo de rentabilidad social. Los de su ministerio, aunque gocen de su confianza y ud se los haya llevado consigo, intentarán que cuánto más, mejor, aparte que, más próximos a los lobbies, son más proclives a ceder a sus presiones. El Estado hace obras e invierte cuando se necesitan. Para crear empleo están las empresas.

Dos: Remedie, los desaguisados de tanto aeropuerto con 9 viajeros al día más o menos. Remedie, tanta alta, alta, velocidad a todos los sitios para las que no hay dinero y, lo más grave, que ni lo habrá para cubrir todos los años los altos costes -que no gastos- de mantenimiento. Remedie tanta estación faraónica proyectada. Remedie, para que tanto aeropuerto privado no acabe, una vez quebrado, en manos del Estado. Remedie, para que antes de poner de nuevo un ladrillo más se vendan -los bancos vendan- los casi 800.000 pisos vacíos -no de 2ª residencia-que existen en nuestro país. Remedie, para que el urbanismo deje de ser el golferas de ayuntamientos, comunidades autónomas, promociones, etc, y  la especulación la fuente financiera de las instituciones públicas y los sinverguenzas. Remedie, que las mercancías ferroviarias tengan el ridículo peso en el conjunto del transporte nacional; sanee ese negociado que ha sido reorganizado artificialmente hace poco. Remedie y acabe con la mafia del transporte -viajeros y mercancías- carretero. No haga más cercanías ni medias distancias, que no hacen falta, aunque le digan que hacen mucha falta y son muy sociales. Gran parte de las que hay ya no merecen el calificativo de sociales. Abra a la liberalización y la privatización el mercado ferroviario de la larga distancia y la Alta Velocidad. Cierre y deje de subvencionar ese despropósito que se llama AVANT, que no es otra cosa que la alta velocidad regional, carísima y antisocial, en la que viajan muy pocos viajeros y los pocos que lo hacen, encima subvencionados.
Mire, ministra, sus paisanos de Cubillos del Pan, sufragan con sus impuestos las cercanías de muchos sitios que no son de utilidad social; sufragan trenes regionales que les pasa lo mismo; y trenes AVANT que son una ruina .... y no tienen ni cercanías, ni regionales, ni AVANTs. Sólo, a unos kms, una línea de ferrocarril llamada "de la plata", cerrada años ha. Revise con lupa la alta velocidad y quítese de encima compromisos abracadabrantes, que no son suyos, aunque en su día lo fueran de su partido. En España no hay ya más sitio para Alta Velocidad, que la que ya hay, y sobran destinos. Pregunte a expertos, no a constructores ni a la RENFE, ni a ADIF. Reconvierta el resto de los proyectos en velocidad alta y no compre ni un tren más de alta velocidad, que no son necesarios. Tenga cuidado con las trampas que le puede poner AENA y ese complejo mundo, donde nada es lo que parece y que está endeudada hasta las cejas. Vigile también la evolución de la deuda de RENFE y ADIF. Despójese de empresas del llamado pomposamente "Grupo Fomento" que no pintan nada y cuyo objeto social no se parece en nada al del departamento que las alimenta, en contra del libre mercado.

Bueno, para empezar ya le hemos hecho un buen repaso del panorama que se va a encontrar cuando aterrice. Le deseamos una feliz estancia en el Paseo de la Castellana y cuídese mucho. Llámenos cuando lo desee para lo que desee, y por la presente, quedamos a su disposición.

Atentamente,
FTF, Foro del Transporte y el Ferrocarril

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