Hace ahora un año, representantes de asociaciones de vecinos, empresarios y grupos políticos se unieron al demandar públicamente la mejora de la conexión entre Cartagena y Madrid por tren convencional.

Al margen de la batalla por la implantación del tren de alta velocidad (AVE) y el soterramiento de las vías y de la estación a medio y largo plazo (fuentes institucionales ya hablan del año 2020), coincidieron en las incomodidades y la pérdida de oportunidades económicas (sobre todo turísticas) que supone el tener que emplear de casi cinco horas a cinco horas y media en el trayecto.

Delegados del Ayuntamiento, la patronal COEC, la Cámara de Comercio o la Federación de Asociaciones de Vecinos cerraron filas ante la idea de meter presión al Gobierno central para renovar al menos la flota de los convoyes y traer máquinas capaces de coger más velocidad.

La clave era sustituir todos los trenes de diésel posibles por otros llamados híbridos, que combinarían el uso de ese combustible entre Cartagena y Albacete con la propulsión eléctrica entre Albacete y Madrid. Esto último es posible porque hay AVE y la línea está electrificada. La última previsión trasladada a este periódico por fuentes del Ministerio de Fomento y de Renfe era que los trenes híbridos, en principio los de tipo Alvia, entrarían en funcionamiento durante el mes de noviembre. Sin embargo, esta posibilidad sigue en el aire. Y también lo está el que se implante en diciembre.

A lo largo de este año, Renfe ha llevado a cabo pruebas con el tren híbrido en la línea Madrid-Orense, e incluso en verano empleó también en ensayos (sin pasajeros) el convoy en la zona de Águilas.

En todo caso, un portavoz de Renfe ha indicado a 'La Verdad' que por ahora no hay ninguna planificación comercial concreta para este mes. La idea es meterlos como máximo «a finales de este año o a principios del que viene».