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8 julio 2013

POLÍTICA| Despilfarro

Viajes, almuerzos e informes 'fundieron' los tres millones del tranvía

Miquel A. Font | Palma

 

Cuando a finales de 2009 la Comunidad Autónoma firmó un convenio con la Administración General del Estado para la financiación del tranvía de la Bahía de Palma, el Govern del Pacte se las prometía muy felices y ya se veía acabando la legislatura inaugurando la primera fase de un proyecto que debía suponer un auténtico vuelco en la concepción del transporte público en Palma.

El Govern recibió 35 millones del Ministerio de Fomento para este proyecto. Llegó mayo de 2011. La legislatura estaba acabada y se iniciaba la campaña electoral. No había más remedio que presentar al Ministerio de Fomento los justificantes del dinero gastado con el tranvía. Resultó entonces que lejos de haberse iniciado las obras una parte de los 35 millones se habían gastado en estudios, almuerzos, viajes, ordenadores, material de oficina y cosas diversas y el resto, la mayor parte, se había desviado supuestamente al tren de Manacor a Artà.

Según la documentación a la que ha tenido acceso este medio, la Conselleria de Movilidad que controlaba el PSM se gastó en año y medio 2,1 millones de euros en la gestión y redacción del proyecto del tranvía, informes y asesorías externas. Otros 260.000 euros se gastaron en el plan de comunicación del tranvía que nunca existiría y otros 25.000 euros más fueron para gastos diversos. Dentro del primer apartado de los 2,1 millones de euros se incluye una treintena de viajes realizados por el equipo de la Conselleria de Movilidad que presidía Gabriel Vicens y el gerente de la empresa pública Serveis Ferroviaris, Joan Antoni Salas, a las ciudades europeas que disponen de tranvía y, entre ellas, Berlín, Lisboa, Montpellier, Tenerife, Bilbao, Barcelona y Madrid. En el listado de dos centenares de facturas presentadas al Ministerio de Fomento aparecen gastos de desplazamiento y alojamiento y múltiples gastos de representación que por lo general se refieren a desayunos, almuerzos, cenas y taxis.

Otro grupo de 80 facturas corresponde a gastos diversos y a modo de ejemplo citar 60 euros en una paella de bogavante para dos personas;35 euros en dos chuletones de buey; 20 euros en una botella de Rioja crianza; 513 euros en una silla de despacho; 106 euros en un perchero; 6.000 euros en merchandising o 150.000 euros en asistencias jurídicas. Aparte están dos centenares más de facturas menores referidas al pago de aparcamientos, cafés y refrescos. También hay facturas de vídeos promocionales, licencias de programas informáticos o alquiler de salones de hotel para celebrar reuniones.

La suma total de las facturas del inexistente tranvía presentadas al Ministerio de Fomento en mayo de 2011 suman 2,4 millones de euros aunque el actual Govern del PP eleva a casi 5 millones el dinero gastado con cargo al presupuesto del tranvía de la Bahía de Palma.

Dando por buenas las cifras del Ejecutivo autonómico de Bauzá, el Pacte se gastó en el tranvía 5 de los 35 millones que recibió para este proyecto del Ministerio de Fomento y de estos 5 sólo 2 como máximo fueron para la redacción y estudio del proyecto y estarían plenamente justificados. Los otros 3 fueron para gastos superfluos.

Durante aquellos años el Govern de Antich tenía también en marcha las obras del tren de Manacor a Artà con cargo al convenio ferroviario comprometido con el Estado, 443 millones. El dinero no estaba tan comprometido y sólo llegaron 57 millones. El Pacte, sin embargo, ya había adjudicado obras por valor de 228 millones de euros sin tener fondos para pagarlas. Se había entrado en una espiral de gasto cuando la crisis económica ya azotaba fuerte.

Se acercaban las elecciones, había agujeros por todas partes, las concesionarias reclamaban sus deudas y el Ministerio de Fomento exigía los certificados de obra. Algo había que hacer y la decisión del Govern de Antich fue renunciar al tranvía y destinar al tren de Manacor a Artà los 30 millones que todavía no se habían gastado. La comisión mixta Fomento-Govern para el seguimiento de las inversiones ferroviarias dio el visto bueno al trasvase del dinero pero con la condición de que se firmara una adenda al convenio. La adenda nunca se firmó pero aun así el dinero fue desviado.

 

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