Una treintena de familiares y víctimas del siniestro del Alvia del 24 de julio, en el que fallecieron 79 personas, decidió ayer en Madrid en una reunión convocada al amparo de la Fundación Avata de Ayuda al Accidentado constituirse en asociación, a la espera de que en un encuentro el día 10 en Santiago, al que están convocados los perjudicados gallegos, pueda acordarse la creación de otra para que ambas puedan agruparse bajo el paraguas de una plataforma. Así lo explicaron ayer fuentes de la Fundación Atava, que indican que a los asistentes al encuentro de Madrid, sobre todo familiares, se les ofreció "ayudarles con la documentación que les pide Allianz y asesoramiento legal".

Dichas fuentes señalan que la gente "se siente abandonada, fundamentalmente por la Administración". Además, les "preocupa el resultado del proceso penal". "Temen que se olvide su caso", indican. Lucharán contra eso, pero también para asegurarse la indemnización "que les corresponda" y "sobre todo, para que no vuelva a ocurrir".

Desde la Fundación Avata explican que aunque ayer fueron 20 personas la que dieron su visto bueno a la constitución de una asociación, cuando se formalice serán "unos 30", con aquellos que pidieron los formularios de inscripción.

Con esta serían ya dos las asociaciones que agrupan a víctimas o familiares de fallecidos en el siniestro del tren. Este martes la Asociación de Perjudicados por el Accidente Ferroviario del Alvia de Santiago, la primera constituida por uno de los lesionados, Cristóbal González, se personaba en la causa como acusación popular, una opción que también barajan los afectados de Madrid.

Llamadas en el tren

Por otra parte, ayer trascendían fragmentos de las declaraciones ante el juez del conductor que llevó el tren hasta Ourense, Javier Illanes, que en el momento del siniestro iba de pasajero. Sus revelaciones, junto a las previas de Martín Marugán, el interventor, revelan que las llamadas telefónicas al maquinista no son inusuales en un viaje, pese a la polémica en torno a si la llamada que el interventor realizó a Garzón para preguntar por una vía en Pontedeume tuvo lugar poco antes del accidente. Así, por ejemplo, Marugán habló con Garzón dos veces más, "a tren parado", en Ourense, una de "saludo", y la otra para indicarle que puede "bloquear" las puertas. Illanes también comentó que hubo un problema con el aire acondicionado y que se comunicó con Garzón tras "resetear" el sistema para ver si se había solucionado.

Además, el segundo maquinista explicó ante el juez que instruye el caso, Luis Aláez, según recogió ayer "Espejo Público", en Antena 3, que "no" hay ninguna señal en la vía que le indique que debe frenar. "Lo único que hay es en plena vía donde justo es el 80 (la limitación de la curva) hay un cartelón que dice "a partir de aquí tienes que ir a 80", nada más".