Saca un arma en un tren y nadie le presta atención

Ninguno de los viajeros de ese tren de San Francisco (California, Estados Unidos) se dio cuenta del peligro que corrían y que podía haber desembocado en una gran tragedia. Iban tan absortos mirando sus aparatos electrónicos que no vieron a un hombre que llevaba un arma en la mano e iba apuntando a los pasajeros con ella por el pasillo.

Si alguien hubiera levantado la vista, quizás se podía haber evitado la muerte de un joven estudiante de 20 años. Pero nadie lo hizo y Justin Valdez falleció de un disparo.

Las cámaras de seguridad muestran cómo Nikhom Thephakaysone, de 30 años, sacó varias veces una pistola del calibre 45 y apuntó a la gente, sin que nadie se diese cuenta de lo que estaba pasando en una situación surrealista y extraña. Incluso el hombre en un momento dado se limpia la nariz con la mano que sujeta el arma y ninguno de los pasajeros le presta la más mínima atención.

Finalmente se produjo la tragedia cuando el atacante mató a uno de los pasajeros que se bajaba del tren, disparándole por la espalda. Se trataba del estudiante de 20 años Justin Valdez.

Los investigadores se muestran preocupados por los detalles del caso. Tanto por el hecho de que el sospechoso había salido de casa buscando un extraño al que matar como por la desatención colectiva de los viajeros ante el inminente peligro.

“No fueron movimientos ocultos, el arma es muy clara. Estas personas estaban muy cerca de él y nadie le ve. Simplemente ellos están muy absortos escribiendo, leyendo y otras cosas. Son completamente inconscientes de su entorno”, contaba el fiscal del distrito George Gascon al San Francisco Chronicle.

Thephakaysone se ha declarado no culpable de los cargos de asesinato, pero la policía ha revelado que además del vídeo del tren, tiene otro en el que se le ve llevando el arma antes de subirse al ferrocarril. En el momento de ser detenido, llevaba 20.000 dólares (unos 15.000 euros) en efectivo.

La policía de San Francisco ha alertado de los riesgos de distraerse con los aparatos electrónicos, que hacen más vulnerables a las personas, aumentando las probabilidades de sufrir un robo.

“Frecuentemente cuando entrevistas a gente a la que le han robado sus teléfonos, si les pides que te digan de dónde vino la persona o qué ropa vestía, ellos no tienen ni idea”, revela Greg Suhr, jefe de policía.

Un riesgo nuevo en una época en la que los smartphone y las tablets se han convertido en un elemento más de nuestros hábitos diarios.

Fuente: San Francisco Chronicle