Los rinconeros conviven a diario con la vía ferroviaria. No hay nadie que no la tenga que cruzar al menos una vez al día. Muchos lo hacen en coche para acudir a sus puestos de trabajo, pero también hay otros que la atraviesan a pie, especialmente los que viven 'al otro lado' y tienen que traspasarla para hacer una gestión en el Ayuntamiento, ir al centro de salud o a llevar a los niños colegio cada día.

Hoy, servicios como las piscinas o el cementerio están al otro lado de las vías, para buena parte de los rinconeros. Lo que hace décadas sirvió para favorecer el desarrollo económico de una zona agraria, con el paso de los años se ha convertido en un inconveniente para un municipio en el que se anhela desde hace años una variante para el tren.

Accidentes como el mortal del pasado sábado, que costó la vida a una vecina de 81 años, vuelven a reabrir el debate en el municipio. Todos entienden que la mejor salida pasa por trasladar las vías fuera de Rincón de Soto pero entienden que el problema no tiene fácil solución y que de haberla pasarán años hasta que pueda verse transformada en realidad.

«Después de noticias trágicas como la del fin de semana, da un poco de impresión hasta cuando las barreras están levantadas», comenta una vecina pasa a diario por ellas media docena de veces. «Pero pasará el tiempo y la gente volverá a normalizar el paso por las vías; es algo que tenemos asumido», se resigna otro vecino que curioseaba ayer por la zona. Muchas han sido las idas y venidas que ha dado el proyecto de la posible variante. El paso de la alta velocidad ferroviaria conllevaría la solución del problema pero, de hacerse, sería a muy largo plazo.

«En Rincón nunca se ha dejado de lado el tema de las vías del ferrocarril pero no es una decisión del Ayuntamiento, ni siquiera del Gobierno regional», comenta Carlos Paul, actual regidor del municipio. Otra de las soluciones más inmediatas pasaría por la colocación de una pasarela. «Se ha pensado en varias ocasiones y de hacerse sería a la altura del actual tanatorio», comenta. Para otros la mejor solución sería la del soterramiento. «Pero entendemos que eso es económicamente viable en una ciudad como Logroño pero no en Rincón de Soto» indica uno de los vecinos de la zona más cercana a las vías del tren.

La solución, ni mucho menos va a ser inminente, así que los rinconeros se resignan a seguir conviviendo con una línea que 'parte' al municipio por la mitad. Su única solución, de momento, es incrementar la seguridad y la atención a la hora de cruzar de uno a otro lado del municipio. Lo demás tardará años en llegar.