La incertidumbre sobre el futuro del Tren de Alta Velocidad se palpó ayer en las reacciones de las Cámaras de Comercio de Euskadi y en la propia patronal Confebask, enfocadas a procurar una mayor concreción en el ritmo de los trabajos de esta infraestructura que se considera “trascendental”.

Desde Confebask se insiste en enmarcar este proyecto dentro de una “iniciativa europea con la que la propia Europa ha reafirmado recientemente su compromiso al incluir la Y vasca en su mapa de corredores prioritarios”, se recoge en el comunicado facilitado ayer. Los empresarios vascos sostienen que “pese a la crisis y a las consideraciones presupuestarias”, es “posible, necesario y urgente”, dicen, “apostar por la Y vasca y su conexión tanto con la meseta castellana como con Francia sin más dilaciones”.

Confebask no se olvida de recordar cómo se ha tenido que superar el obstáculo del terrorismo y disponer del apoyo social mayoritario. Las Cámaras de Comercio, a su vez, parten de la base de que “no se puede parar ni ralentizar” una obra como el Tren de Alta Velocidad y, por ello, pidieron ayer al Gobierno vasco que asuma la construcción de los tramos que transitan por Álava y Bizkaia de manera que el retraso pueda minimizarse.

En un comunicado, estas organizaciones denuncian: “No podemos esperar hasta 2022 para la conclusión de las obras en Euskadi porque nos haría perder competitividad con otros ejes ferroviarios".