La matriz de la francesa se presentó a un primer concurso pero la oferta se desestimó por el precio

CLARA BLANCHAR Barcelona 10 ENE 2014 - 12:55 CET

La plantilla de Alstom en Santa Perpètua de Mogoda (Vallès Occidental) tiene un enfado considerable. El motivo es que la Generalitat ha adjudicado dos nuevos trenes que cubrirán la línea entre Lleida y La Pobla de Segura la empresa suiza Stadler. "Hay trabajadores nuestros en paro [con motivo de un ERE temporal], tenemos poca carga de trabajo y encargamos los trenes fuera. ¿Esa es la defensa de la industria catalana del Gobierno de CiU?", clama el secretario general de la Sección Sindical de CC OO en Alstom, Dani García, que recuerda que la fabricación iría acompañada del diseño técnico, lo que podría atraer nuevos pedidos, "como con los metros de la línea 9".

La matriz de la multinacional francesa se presentó a una primera convocatoria del concurso de la Generalitat y aunque la mesa valoró positivamente las especificaciones técnicas de la oferta, la desecharon por el precio: la oferta fijaba un precio de 10 millones de euros, por encima de los 9,5 que establecía la administración. La Generaltiat tampoco premió la oferta de otra empresa, CAF, y declaró el concurso desierto. En la segunda convocatoria, Alstom no concurrió. Concurrieron de nuevo CAF y la suiza Stadler, que es quien se ha llevado el encargo, por 9,5 millones.

El reproche de la plantilla de Alstom es doble. A su propia dirección por no haberse presentado en la segunda ronda del concurso, a lo que un portavoz responde que optaron por no volver a presentarse al haber sido rechazada la primera oferta. "Se trata de un material rodante muy específico que no existe en España y precisa un desarrollo de ingeniería elevado para la fabricación de solo dos trenes de dos coches cada uno. En estas condiciones, no es posible ajustar más el presupuesto, requisito indispensable para optar a licitación", argumenta la empresa a través de un portavoz.

El segundo reproche es hacia la Generalitat, por no haber invitado de forma expresa a Alstom a presentarse de nuevo para fabricar los trenes: "El Gobierno tiene que garantizar la transparencia y pública concurrencia, si Alstom no se presentó no se pueden hacer adjudicaciones a dedo", responde un portavoz del departamento de Territorio y Sostenibilidad.

La planta vallesana de Alstom está inmersa en una crisis entre la plantilla y la dirección por la intención de la firma de imponer un plan de aumento de jornada y flexibilidad en el nuevo convenio, que los trabajadores rechazaron de forma rotunda el pasado octubre. La respuesta al rechazo fue la presentación de un ERE temporal que afecta a 200 trabajadores de una plantilla de 650 y que se prolongará hasta julio. El actual convenio caduca el próximo 17 de febrero.