El largo adiós del juez del Alvia

El magistrado Aláez seguirá unos meses al frente de la instrucción del caso, pero la dejará cuando salga a concurso la plaza que ocupa

PABLO GONZÁLEZ

redacción / la voz 24 de febrero de 2014

Esta semana, previsiblemente, se hará oficial que Luis Aláez, el juez que instruye el caso Alvia, ha ganado la plaza a la que aspiraba en el Juzgado de lo Penal número 1 de Santiago, que solicitó por razones personales y profesionales. Unas motivaciones muy alejadas de interpretaciones conspiratorias sobre supuestas presiones en el caso que investiga el accidente que costó la vida a 79 personas. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hará público un traslado que en absoluto es del gusto de las víctimas el accidente, pero, al menos, las condiciones en las que se producirá aminorarán los efectos secundarios de esta decisión.

La solución pasa por que Luis Aláez no ocupe de forma automática e inminente la plaza que acaba de ganar por méritos. Esto supondría que el Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago, encargado de la causa, quedaría vacante, lo que obligaría a nombrar a un juez sustituto mientras no haya nadie que opte a esa plaza. Es en este punto donde comenzaría un incierto proceso de cambios de jueces en cadena que ya sucedió con el caso Prestige y que puede trastocar cualquier procedimiento relevante. Como hace unos días avanzaba una asociación de víctimas, en este caso la marcha de Aláez conllevaría que otros dos jueces se hicieran cargo del caso. Primero el sustituto y después el que resulte titular de la plaza una vez resuelto el concurso.

En vez de este modelo, parece que la despedida será larga. Para evitar nombrar un juez sustituto, Aláez permanecerá en el juzgado del Alvia hasta que esta plaza salga a concurso. ¿Por cuánto tiempo? Eso ya es más difícil de determinar. Todo dependerá del número de concursos que el CGPJ convoque este año. Podría haber una nueva convocatoria en abril o en junio. En cualquier caso, es más que probable que Luis Aláez ya no llevará la instrucción después de las vacaciones de verano.

Instrucción encarrilada

Todo indica, no obstante, que en este tiempo la intención del magistrado es dejar encarrilada una instrucción compleja que ya va por el tomo 32 y cuenta con más de 13.000 folios. Su último y controvertido auto, en el que acusaba al ADIF de arriesgar la vida de miles de personas por razones comerciales y lucrativas, va en esa línea. En él pide a los peritos judiciales que investigan la vertiente técnica del siniestro que adelanten algunas de las conclusiones de su informe pericial, para el que dio un plazo de seis meses prorrogables. Probablemente antes de que otro juez se haga cargo del caso, los expertos deberán pronunciarse sobre las características de la línea Santiago-Ourense, en concreto si responde a parámetros de alta velocidad; las características del tren accidentado; el campo de aplicación de la norma de cambio de velocidad máxima; o las consecuencias que tuvo en la circulación la decisión de 23 de junio del 2012 de desconectar el ERTMS embarcado en el Alvia.

A la luz de este informe adelantado, el juez decidirá si retoma las imputaciones de cargos de seguridad del ADIF o de su consejo de administración, algo que se deja entrever en el auto, cuando dice, por ejemplo, que la existencia «indudable de una conducta negligente o meramente descuidada por parte del maquinista no excluye, por tanto, la responsabilidad de los garantes de la seguridad en la circulación». Queda por ver qué dirección seguirá el informe de los tres peritos judiciales, pues los nombramientos de dos de ellos han sido impugnados por ser funcionarios de la Administración autonómica.