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12 noviembre 2013
Un paraíso libre de coches en los Alpes suizos
Existen rincones en los que disfrutar de la nieve y respetar el medio ambiente no están reñidos. Te presentamos cuatro estaciones de ensueño donde hacerlo: Zermatt, Saas-Fee, Mürren y Wengen
Viajes | 12/11/2013 - 00:06h | Última actualización: 12/11/2013 -
El tren eléctrico de cremallera más antiguo de Suiza, construido en 1898, asciende de Zermatt a Gornergrat Suiza Turismo
Cuando en 1894, Sir Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes, se calzó unos esquís para realizar en compañía de los hermanos Branger la primera travesía entre Davos y Arosa, en Suiza, algo ya le decía que aquel deporte tenía un espléndido futuro en este país. Tras su excitante experiencia, el padre del célebre detective británico auguró que llegaría un momento en el que cientos de sus compatriotas viajarían allí para practicarlo.
Un siglo después, los pronósticos del escritor han sido amplísimamente superados: Suiza se ha convertido en un auténtico paraíso para los aficionados al esquí, con 219 estaciones, una cifra espectacular en tan diminuto país –su extensión es similar a Extremadura-, cuya población no llega a los ocho millones de habitantes. Y es que la impresionante carta de presentación de este enclave alpino incluye 48 montañas de más de cuatro mil metros, e infinitos valles, glaciares y espectaculares lagos y cascadas.
Ante tal oferta, podría resultar incluso difícil elegir el mejor destino posible. Nosotros te proponemos cuatro fantásticas estaciones con una característica común: son paraísos libres de coches, todo un homenaje al medio ambiente. Llegar a ellos es fácil, Suiza cuenta con una envidiable red de ferrocarril que llega a cualquier rincón, por remoto que sea.
Zermatt
Los auténticos aficionados a la nieve no pueden pasar por alto Zermatt. Situada en el cantón de Valais, junto a la frontera italiana, a pies del majestuoso monte Matterhorn (en Italia se le denomina Cervino), la estación responde sin lugar a dudas a las demandas más exigentes. Sus tres dominios esquiables – Sunnegga-Rothorn, Gornergrat-Stockhorn, Schwarzsee y Matterhorn Glacier Paradise- perfectamente interconectados en las zonas altas, permiten disfrutar de 360 kilómetros de pistas de distintas dificultades, a las que se accede fácilmente desde el pueblo de Zermatt.
El ascenso más recomendable y espectacular en cualquier época del año, y que supone una atracción en sí misma, es el de Gornergrat, mediante un tren cremallera que alcanza los 3.089 metros de altura y que, a su paso, ofrece espectaculares vistas del Matterhorn, del Monte Rosa y de los glaciares. En cotas superiores, a 3.883 metros de altura, en el Glacier Paradise, se encuentran el mirador más alto de Europa y el palacio glaciar más alto del mundo, a los que se accede, en este caso, mediante un teleférico.
En Zermatt uno entiende porqué ha sido elegida en distintas ocasiones mejor estación del mundo. Y es que, además de unas excelentes instalaciones, cuenta con un entorno envidiable que permite sentirse como en casa. Tras la práctica del esquí, el snowboard, el surf de nieve o de cualquier otra actividad de montaña –la oferta es extraordinaria-, el pueblo de Zermatt resulta de lo más acogedor. De encantadoras construcciones de madera típicamente alpinas y callejuelas serpenteantes, sorprende descubrir que por ellas únicamente circulan coches de caballos o vehículos eléctricos. Pasear por sus calles, curiosear en sus lujosas tiendas y aprovechar la ocasión para probar la gastronomía de la zona resulta de lo más estimulante…
Saas-Fee
En el mismo cantón de Valais, encontramos el Valle de Saas y en él Saas-Fee, un pequeño pueblo glaciar situado a 1.800 metros de altura conocido popularmente como la Perla de los Alpes. Rodeada de 13 cuatromiles, Saas Fee cuenta con otra de las estaciones suizas en mayúsculas, en las que, como en el caso de Zermatt, es posible esquiar durante los meses de verano. Y es que el glaciar Allain, cuyo pico se eleva hasta los 4.027 metros goza de nieves perpetuas.
Saas-Fee cuenta en invierno con 100 km de pistas de esquí alpino, 8 km de circuitos de esquí de fondo y una amplísima zona para la práctica del snowboard –no en vano, la estación está considerada una de las mecas de esta especialidad-. Las excursiones con antorchas por la nieve, los paseos en trineo, especialmente de Kreuzboden a Saas-Grund, o la escalada sobre hielo son otras propuestas hibernales totalmente recomendables.
Uno de los recuerdos más imborrables del paso por Saas-Fee serán, sin duda, las espectaculares vistas de los Alpes que se disfrutan desde el restaurante giratorio del glaciar del Mittelallalin, situado a 3.500 metros de altura, sobre todo en días claros, en que puede llegar a vislumbrarse la ciudad de Milán. Junto al restaurante, es imprescindible visitar el pabellón de hielo de Allalin, la mejor cueva de hielo del planeta. Se llega a través del metro alpino, un espectacular ferrocarril subterráneo que atraviesa las entrañas del glaciar.
Mürren
¿Quién no recuerda la espectacular persecución de James Bond por las laderas del monte Schilthorn tras abandonar el Piz Gloria, el restaurante giratorio, en el célebre film 007 Al servicio de Su Majestad? Sin duda el poder del cine es tal que la estación de Mürren, donde se rodó la película a finales de los años 60, permanece desde entonces en el imaginario colectivo ligado al agente británico. El restaurante continúa allí, como sus cinematográficos remontes, ofreciendo desde sus 1.650 metros una fantástica imagen de la mítica Jungfrau, el Mounch, el Eiger, el Montblanc y la Selva Negra.
El pequeño pueblo de Mürren se encuentra en el Bernese Oberland, la región más elevada del cantón de Berna, a 1.650 metros de altura, en un hermoso valle, cuya arquitectura refleja su pasado de colonia Walter, de origen alemán. La prohibición de circular vehículos por el centro –a excepción de los eléctricos-, ofrece una agradable sensación de tranquilidad, lo que unido a su oferta de actividades familiares, convierten este destino en ideal para viajar con niños.
Mürren cuenta con 53 km de pistas de esquí alpino, algunas de ellas de considerable dificultad, además de zonas destinadas al snow, al esquí de fondo, a los trineos y a las caminatas sobre nieve. Resulta interesante descubrir las cataratas Trümmelbachfälle, escondidas entre impresionantes rocas, sobre todo en verano, y acercarse hasta la Jungfrau, la montaña declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Wengen
A poca distancia de Mürren, también en el Bernese Oberland, hallamos nuestra última propuesta: Wengen, un pueblo de vacaciones al pie de la a Jungfrau, a 400 metros sobre el Valle de Lauterbrunnen lleno de encanto. Edificos de la Belle Époque, construidos a principios del siglo XX, en pleno boom del turismo del país, en calles sin coches, ofrecen a la población un semblante idílico.
Situado en una zona privilegiada, con más horas de sol que las de la media de la zona, resulta un punto de partida perfecto para visitar las principales atractivos de la zona y acceder a las estaciones de esquí de Kleine Scheidegg-Männlichen –con 110 km de pistas y de carácter muy familiar-, y de Jungfrau, Grindelwald-First y Mürren. Desde Wengen, conocido como el pueblo de la Jungfrau, es muy fácil acceder a esta emblemática montaña, cuya estación de ferrocarril es la más alta de Europa.
Wengen es escenario de emblemáticas pruebas como la Carrera de esquí Lauberhornrennen que tiene lugar en enero, una de las pruebas clásicas del la Copa del Mundo y la Jungfrau Marathon, que parte de Interlaken y supone superar prácticamente dos mil metros de altura.
Las tres propuestas son ciertamente atractivas. ¿Por cuál te decides?