TRENEANDO  

El mar, destino final para los vagones del metro de Nueva York

  

Enero 16, 2010

Una decidida actuación. Una apuesta por la vida. Los vagones del Metro de Nueva York, que son dados de baja una vez han terminado su vida útil en las líneas donde prestan servicio, terminan arrojados al mar, muy cerca de las costas del estado de Delaware. Pero no es ninguna acción terminal, sino todo lo contrario. Los viejos convoyes utilizados en el suburbano de la ciudad de los rascacielos siguen siendo útiles aún después de ser apartados del servicio de transporte. No se acumulan en ningún cementerio, a la esperar der una muerte lenta y devastadora, sino que sirven de arrefices artificiales, lo que produce un gran afecto positivo en la fauna marítima de la zona, según aseguran los expertos.

Esta política se viene aplicando en el último lustro, de forma que los vagones se echan al fonde del mar para que cumplan con un nuevo ciclo de vida, como si fiuera arrefices naturales. Un millar de vehículos han sido destinados a este fin, para el que no estaban preparados pero que cumplen un magnífico serviciopara las generaciones vinideras. Todo mejor que ser destruidos y transformados en chatarra para la construcción de nuevos utensilios (otra de las meidas por las que se opta en Estados Unidos) o dejar que se pudran a la intemperie y que el óxido acabe con lo poco que les queda de vida.

Una acción que quizá podrían tener nuestras autoridades administrativas que dejan que los vagonesde nuestras líneas se pudran a la intemperie en explanadas como las existentes, por ejemplo, en Mora la Nueva, destino de muchos de nuestros viejos convoyes. En España, los decrépitos barcos de la flota comienzan a explotarse como arrefices articifiales, así que ¿por qué no propiciar un nuevo destino para los miles de vagones que han sido apartados de las vías de servicio de los trenes españoles?

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