El sector de material ferroviario, uno de los más competitivos de España
 
 
 
Según un estudio elaborado por PwC con el patrocinio de Siemens

Este estudio, patrocinado por Siemens, analiza las claves de la competitividad de la industria española, asegurando que si la industria española fuera capaz de situar la productividad por empleado y la inversión en I+D en la media europea, el PIB nacional aumentaría un 1,13 y un 1,17 por ciento, respectivamente. En el análisis se asegura que la mayoría de las empresas españolas carecen de la masa crítica para internacionalizarse, con la única excepción de material de transporte y específicamente de material ferroviario, uno de los sectores en que España es más competitiva. Sin embargo, entre los elementos que restan competitividad se señala el escaso desarrollo del transporte de mercancías por ferrocarril. Ver estudio Claves de la competitividad de la industria español (2.98 Mb.) 

 
 
 
 
El sector de material ferroviario, uno de los más competitivos de España
 

 

(26/09/2013) Además de las dificultades de internacionalización de la industria española, se señala también que sufre de un déficit de productividad e I+D que lastra su competitividad, con la excepción nuevamente de material de transporte (construcción naval, aeronáutica y material ferroviario). 

El estudio señala que la mejora de la competitividad de la industria española podría generar un crecimiento adicional del PIB del 2,3 por ciento. Así se desprende del informe Claves de la competitividad de la industria española, elaborado por PwC con el patrocinio de Siemens, que se presentó ayer en Madrid y que contó con la participación del ministro de Industria, José Manuel Soria, y los presidentes de PwC España y Siemens, Carlos Mas Ivars y Rosa García respectivamente.

Para hacer realidad este aumento, sería necesario incrementar la productividad por empleado e impulsar la inversión en I+D, lo que se traduciría en aumentos de la actividad del 1,13 y 1,17 por ciento respectivamente. Pero si, además, la industria fuera capaz de aumentar el tamaño medio de sus empresas y España como país de mejorar factores como la calidad de la educación o la carga administrativa, esta aportación al crecimiento económico sería mucho mayor.

Escaso desarrollo del transporte ferroviario de mercancías

Se señala como un elemento para la mejora de la competitividad de la industria española el desarrollo del transporte de mercancías por ferrocarril para disfrutar de un sistema logístico eficiente que es clave tanto para la exportación de productos como para la importación de materias primas. En este sentido el estudio asegura que “la principal carencia de España es el escaso grado de desarrollo del transporte de mercancías por ferrocarril, una alternativa que puede ser sensiblemente más barata que el transporte por carretera y que goza de unos niveles de penetración muy superiores en otros países como Alemania”.

Este escaso desarrollo se traduce tanto en la falta de conexiones directas en algunos casos entre las fábricas y los principales puertos, como en tiempos de entrega dilatados, que hacen que este medio de transporte so sea viable para industrias donde la rapidez y los plazos son una variable de competencia fundamental.

Productividad por debajo de la media europea

En la actualidad, la productividad por empleado de la industria española -no incluye el sector de energía- se sitúa un 34,1 por ciento por debajo de la media europea, según datos de Eurostat. Si estimamos que un diferencial del 10 por ciento supone una aportación al crecimiento del 0,33 por ciento, situar nuestra productividad al nivel europeo equivaldría a un impulso del 1,13`por ciento al PIB español.

Se señala que la reciente reforma laboral está facilitando toda una serie de iniciativas que están incrementando la productividad de la mano de obra. Sin embargo, el estudio señala que todavía existe un déficit de productividad por empleado en una amplia mayoría de sectores. Uno de los que sale mejor parado es el de automoción, ya que adoptó antes -y con mayor intensidad- alguna de las iniciativas que incluía la reforma laboral.

En materia de I+D, la industria española invierte el 0,84 por ciento del valor de su producción, mientras que la media europea supera el 1,5, es decir, casi el doble. Si calculamos que cada 10 puntos de diferencial de I+D supondría un crecimiento del PIB del 0,13 por ciento, la mejora de este factor equivaldría a un aumento del PIB del 1,17 por ciento.

Las posibilidades de incrementar el volumen de inversión en I+D de la industria española pasan, entre otras medidas, por atraer uno o más de los centros de innovación que las grandes multinacionales tienen desplegados en otros países -lo que no parece fácil a priori-, y/o por potenciar la actividad innovadora de la pequeña y mediana industria local.

Ganar tamaño

El informe destaca otros aspectos que también contribuirían a la mejora de la competitividad. Uno de ellos es el crecimiento del tamaño medio de las empresas. Las diferencias de tamaño de las compañías son significativas en la mayoría de sectores que componen la industria. Quizá, la única excepción es de nuevo el material de transporte -de construcción aeronáutica, naval y material ferroviario-, sector en el que el tamaño medio de las empresas españolas es algo mayor que en la UE15.

En un contexto de demanda interna débil, las posibilidades de conservar o incrementar el tejido industrial pasan por, en gran medida, la internacionalización de su actividad. Sin embargo, uno de los principales frenos para salir al exterior es el reducido tamaño medio de las empresas españolas. Este hecho dificulta el aprovechamiento de las economías de escala o el acceso al crédito y las debilita en la negociación con clientes y proveedores.

Otros elementos importantes para la competitividad de la industria son los llamados factores país. Algunos de los más relevantes son la excesiva carga administrativa, la calidad de la educación y las restricciones en el acceso a crédito. Este último es especialmente en la actualidad grave y aumenta los costes con respecto a países de nuestro entorno y puede generar un déficit de inversión y comprometer la competitividad de la industria en el medio y largo plazo.

El peso de la industria en la economía española

La industria española –excluyendo el sector de energía- aportó en torno al 10 por ciento del PIB español en 2011 (cerca de 100.000 millones de euros) y generó 1,8 millones de empleos. Adicionalmente, existe una aportación indirecta, por el efecto arrastre en la cadena de valor que conforman las empresas que proveen a la industria con los bienes y servicios necesarios para su actividad. Y, además, existe una aportación inducida, asociada a la riqueza de los hogares cuya renta depende del empleo generado directa e indirectamente por la industria, y al consumo de bienes y servicio producidos por distintos sectores de la economía que éstos realizan.

 

(FUENTE VIA LIBRE)

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