Maglev: volando en el tren más rápido del mundo Ignacio Munguía 15 de febrero de 2009
Tren Maglev en Shanghai
Mientras España y otros países extienden sus redes de tren de alta velocidad, la siguiente revolución ferroviaria lleva años desarrollándose. Se trata de los trenes de levitación magnética, más conocidos por la abreviatura Maglev.
Los trenes Maglev vuelan. En sentido figurado, porque pueden alcanzar velocidades cercanas a las de un avión, y también en sentido literal, porque están suspendidos en el aire sin tocar la vía, sujetos por un fuerte campo magnético. Son más silenciosos y se mueven de una forma mucho más suave que los trenes convencionales.
Sin embargo, hay muy pocos ejemplos de sistemas Maglev funcionando comercialmente. El más famoso es el Transrapid que une Shanghai con su aeropuerto. Construido con tecnología alemana e inaugurado en 2004, recorre 30 kilómetros en apenas siete minutos, alcanzando una velocidad punta de 500 kilómetros por hora. Un ticket de ida y vuelta cuesta unos 12 €.
También en Japón encontramos trenes de levitación magnética, construidos con tecnología propia. Se trata en concreto del Linimo, en la ciudad de Aichi. No fue concebido como tren de alta velocidad, sino como sustituto del metro, por eso viaja a unos modestos 100 kilómetros por hora, con unos costes económicos y ambientales mucho menores que un tren metropolitano convencional.
El Maglev no ha tenido el éxito que se pronosticaba. A pesar de sus grandes ventajas, la tecnología está aún en desarrollo y todas las infraestructuras se deben construir de cero, con la enorme inversión que eso supone. Además, los trenes convencionales de alta velocidad son cada vez más rápidos, haciendo innecesaria la alternativa del Maglev. Sólo existen un puñado de líneas en el mundo, la mayoría no comerciales.
Los problemas de seguridad también están presentes: en 2006 un tren Transrapid chocó contra un vehículo de mantenimiento en una línea de pruebas de Alemania, con 23 fallecidos. Este accidente acabó por enterrar las posibilidades de explotar comercialmente el Maglev en dicho país a corto plazo.
En plena fiebre de los trenes de alta velocidad sobre raíles, parece difícil que los trenes de levitación magnética lleguen al éxito, pero la tecnología es imprevisible y quizá en un futuro viajemos de una ciudad a otra suspendidos sobre un campo magnético. Hasta que ese día llegue, tendremos que conformarnos con visitar Shanghai.