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12 agosto 2014

Adif instala en Asturias las señales diseñadas para evitar siniestros como el de Angrois

RAMÓN MUÑIZ RAMÓN MUÑIZ |  GIJÓN.   

La señal naranja reflectante advierte ya de la velocidad a la que se debe entrar en la curva de Angrois. La señal naranja reflectante advierte ya de la velocidad a la que se debe entrar en la curva de Angrois. / ALVARO BALLESTEROS - LA VOZ DE GALICIA

  • Una auditoría hecha tras el accidente localizó seis tramos en la región en los que el maquinista debe efectuar una reducción brusca de velocidad

    El convenio internacional SOLAS, el más importante de los que regulan cómo construir un barco o el transporte marítimo de mercancías peligrosas, se redactó tras el hundimiento del Titanic. El sistema ferroviario de Anuncio de Señales y Frenado Automático (ASFA) evolucionó en técnica e implantación al calor de los accidentes de Villada y Torneros. De igual manera tras el siniestro de la curva de Angrois que costó la vida a 79 pasajeros la ministra de Fomento, Ana Pastor, dio una orden a los mandos del sector ferroviario. Debían determinar todas las soluciones capaces de impedir la reproducción de tamaña catástrofe. «Todo está en revisión», certificó entonces Pastor.

    El descarrilamiento del Alvia se produjo debido a que el maquinista accedió a la curva de Angrois a 179 kilómetros por hora, cuando el tramo tiene una velocidad máxima de 80. Cuatro kilómetros antes el convoy había abandonado la zona controlada por el sistema ERTMS, el propio de la alta velocidad, y que detiene de inmediato el tren si el conductor se sale de los márgenes de velocidad que le ordena una de las pantallas del cuadro de mando. En las manos de Francisco José Garzón quedó toda la responsabilidad para reconocer el trayecto y percatarse de que debía reducir significativamente la velocidad.

    Comprobado que el factor humano es falible, el Ministerio de Fomento, a través del Adif, ordenó auditar toda la red ferroviaria para determinar si existían más puntos en los que el maquinista fuera el único responsable de proceder a un cambio brusco de velocidad, de consecuencias fatales en caso de despiste. La revisión localizó 349 tramos de estas características, seis de ellos en territorio asturiano y dos más en el tramo de León que lleva hasta la rampa de Pajares.

    Para prevenir nuevos accidentes, el Adif ha optado por señalizar estos puntos con unos carteles de color naranja reflectante que dan una advertencia adicional al maquinista sobre la velocidad a la que debe acomodar la marcha. La información se completa con unas balizas capaces de detener el convoy si detectan que éste no ha atendido a la señalización y avanza de forma excesiva.

    Los tramos así protegidos son la antesala a algunas curvas y estaciones de pasajeros. La reducción más brusca de cuantas se han señalizado en la región es la de Serín a Veriña, donde el maquinista debe bajar de los 140 a los 70 kilómetros por hora. Similar disminución realizan los conductores de la línea Soto del Rey -El Entrego, donde el cambio es desde 130 a 60 kilómetros por hora.

    Las balizas instaladas son como las que protegen las limitaciones temporales en caso de obra o incidencia similar y, según los maquinistas, presentan algunos problemas de compatibilidad con los equipos embarcados en la máquina.

    Los maquinistas asturianos aplauden la garantía pero reconocen «complicaciones»

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