| Metro de Madrid redujo a la mitad su impacto medioambiental en 2014 | |||
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Por el uso de electricidad procedente de energías renovables • El 70 por ciento de las emisiones generadas proceden de la electricidad usada para mover los trenes El uso de electricidad procedente de energías renovables y fuentes más limpias en las operaciones necesarias para el funcionamiento de la red de Metro de Madrid durante el año 2014 han supuesto la reducción en más de un 50 por ciento de su huella de carbono, que contabiliza la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos, de forma directa o indirecta, a la atmósfera, es decir, el impacto medioambiental de la compañía.
(10/06/2015) Las emisiones obtenidas en el cálculo de la huella de carbono corporativa de Metro de Madrid, de acuerdo con las directrices del RD 163/2014, fueron un total de 74.641 toneladas de dióxido de carbono equivalente durante el pasado año, frente a las 150.296 de 2013. Esta variación se debe, principalmente, a la caída del factor de emisión de la energía eléctrica de alta tensión, fruto del uso de energías renovables y fuentes más limpias. Las emisiones del suburbano durante 2014 se cifran en 18,95 grarmos de dióxido de carbono equivalente por viajero y kilómetro, y más del 70 por ciento de las emisiones generadas por el metro madrileño proceden de la electricidad usada para mover los trenes. Si se compara con el factor de emisión de otros modos de transporte, como el del automóvil que se mantiene en los mismos niveles del año pasado, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en Metro son diez veces menores que las de un vehículo o seis veces inferiores a las de la moto. Una persona que realiza un viaje en coche de siete kilómetros al día -trayecto medio de un viajero de Metro de Madrid- genera un nivel de emisiones contaminantes en torno a los 281 kilos de dióxido de crabono equivalente al año. Si eligiera desplazarse en Metro, las emisiones de dióxido de carbono se hubieran situado en torno a los veintiocho kilos de dióxido de carbono equivalente, es decir, diez veces menor. La huella de carbono está íntimamente relacionada con la gestión medioambiental, la eficiencia energética y, en conjunto, con la sostenibilidad. Su cálculo se realiza llevando a cabo un inventario de emisiones de GEI siguiendo normativas internacionalmente conocidas como la ISO 14064-1, PAS 2050 o GHG Protocol, entre otras, y se mide en masa de dióxido de carbono equivalente. Metodología La metodología empleada para el cálculo de la huella de carbono es la norma UNE-EN ISO 14064-1 Gases de efecto invernadero que especifica los principios y requerimientos para cuantificar e informar de las emisiones y reducciones de gases en la empresa. Las emisiones se obtienen tras el análisis exhaustivo de la información y datos de actividad, registros, facturas, reuniones con diferentes departamentos y visitas de campo a las instalaciones más significativas. (FUENTE VIA LIBRE) |
METRO DE MADRID REDUJO A LA MITAD SU IMPACTO MEDIOAMBIENTAL EN 2014
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