El fallido atentado del pasado viernes en el tren Thalys, que conecta Ámsterdam con París, ha abierto el debate sobre las medidas de seguridad que ofrece el transporte público europeo. Han sido muchas las críticas a estos servicios. Sobre todo a través de las redes sociales, los usuarios no han dejado de preguntarse cómo es posible que un hombre armado con un kalashnikov, además de otras armas, pueda subir sin problemas a un tren.

A raíz de estos hechos, la Comisión Europea (CE) comunicó que revaluará los procedimientos que se aplican para garantizar la seguridad de los pasajeros de los trenes. Sin embargo, ayer mismo se descartó la petición de introducir cambios en el espacio europeo sin fronteras Schengen que pudieran prevenir ataques terroristas.

Frente a las voces que piden una revisión de Schengen, incluida la del primer ministro belga, Charles Michel, quien aboga por adaptar las reglas sobre controles para responder a las «nuevas amenazas», la CE defendió que los mecanismos que contempla esa normativa son suficientes.

El secretario de Estado de Transportes francés, Alain Vidalies, anunció ayer que «en los próximos días» se van a mantener reuniones con los países vecinos «para decidir nuevas medidas» de seguridaden los trenes internacionales. Señaló además que en Francia se creará un número de teléfono para que el público pueda dar aviso de cualquier incidencia en las estaciones o en los trenes y que se van a reforzar «los controles aleatorios de los equipajes porque es una de las respuestas concretas».

Seguridad en España

En el caso de España, la seguridad está al cargo de Adif, entidad pública gestora de las infraestructuras ferroviarias. Esta compañía hace ya unos años decidió instalar, como medida preventiva, arcos metálicos para escanear los equipajes de las líneas de alta velocidad. Las fuentes consultadas de Adif han declarado, sin entrar en detalles y por motivos lógicos de seguridad, que la vigilancia tanto en las estaciones como en las propias líneas va más allá de lo que los usuarios pueden percibir. Además de las cámaras habituales y de la seguridad propia de Adif se añade el apoyo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, quienes se encuentran cada día más presentes en las grandes estaciones españolas.

«El nivel de alerta cuatro antiterrorista contempla el refuerzo y el blindaje por parte de la Policía en las llamadas infraestructuras críticas» señala Alvaro Peña, consejero del Ministerio del Interior. Quien también asegura que la seguridad, como declaró anteriormente Christophe Rouget, portavoz de la seguridad interior francés, no puede darse al 100%, «el riesgo cero no existe».

La necesidad de fortalecer la seguridad en los trayectos internacionales se encuentra con numerosas trabas económicas. Sin embargo, el mayor conflicto lo tiene con los pasajeros quienes hacen uso del tren como alternativa a otros medios de transporte; aplicar medidas de seguridad como las de los controles aeroportuarios supondría que los viajeros tendrían que llegar con demasiada antelación para los embarques.

Países afectados

Francia

El plan antiterrorista Vigipirate se encuentra desde el pasado 7 de enero en el nivel máximo de alerta terrorista. Participan unos 7.000 militares, además de 3.000 agentes de seguridad de los ferrocarriles franceses.

Bélgica

El gobierno belga decidió, solo unas horas después del ataque, reforzar las medidas de seguridad en los trenes y estaciones de su país, aumentando el control de equipajes e intesificando las patrullas.

España

Ante el nivel cuatro de alerta antiterrorista un gran número de policías han sido desplazados a las llamadas «infraestructuras críticas» como medida preventiva del Gobierno.