Lista para salir a la vía. La VA8 renovada de Feve ha finalizado su periodo de pruebas y completada la formación técnica de sus maquinistas. La operadora tiene previsto que funcione comercialmente a partir del próximo mes de abril. Inicialmente será destinada para el arrastre del Transcantábrico Gran Lujo y el Transcantábrico Clásico en uno de sus días de viaje, de los ocho de duración, pero además se utilizará para la realización de otros viajes turísticos.
La Dirección de Trenes Turísticos de Feve estudia actualmente otro tipo de itinerarios que podría realizar esta joya del patrimonio ferroviario español y el material que arrastrará. No se descarta, sin embargo, que la máquina se pueda utilizar en eventos, grabaciones, películas, anuncios y otro tipo de usos de alquiler.
La locomotora que hoy luce flamante fue construida en 1958 en Vizcaya por Babcock & Wilcox para el Ferrocarril Vasco Asturiano. Se trata de un modelo muy significativo en la historia de la vía estrecha española que Hunosa cedió a Feve hace tres años. Cuando se decidió emprender su recuperación, la máquina se encontraba fuera de servicio y formaba parte de la exposición del Museo del Ferrocarril de Asturias, ya que su valor histórico es innegable.
Las primeras locomotoras con este diseño, basado en un original de la casa alemana Krauss, se fabricaron en 1929 para el Ferrocarril Cantábrico, si bien Babcock & Wilcox sirvió más lotes tras la Guerra Civil, tanto para esta línea como para la de Económicos de Asturias. En la década de los años treinta del siglo pasado, la Fábrica Nacional de Armas de Trubia construyó diez unidades de este tipo para el Ferrocarril de Ferrol a Gijón, pero nunca llegaron a circular por este trayecto y fueron repartidas por diferentes líneas de la geografía nacional.
Catalogada como ‘número 727’, tiene el honor de ser la última locomotora de vapor construida en nuestro país. La VA8 original alcanzaba los 45 kilómetros por hora de media, con una autonomía de 50 kilómetros. Con una potencia de 750 caballos, mide once metros de longitud y pesa 45 toneladas. Prevista para quemar carbón, con un hogar relativamente ancho y de poca longitud, incorpora una caldera pirotubular horizontal de vapor, con recalentador.
Tras la restauración, la VA8 conserva la misma apariencia externa con la que fue creada, pero su nuevo equipamiento la convierte en una locomotora diesel, a la que se le augura una larga vida en activo. Para incrementar la autonomía de la máquina, el antiguo depósito de carbón se ha reconvertido en u depósito de agua adicional, con capacidad para 15.000 litros, que incrementa su autonomía hasta cerca de 200 kilómetros.
Los trabajos de restauración se han realizado íntegramente en Asturias con la colaboración de dos empresas regionales: Talleres Alegría, especialista en elementos de vía y fabricación de material ferroviario, y Olmar, empresa encargada de la puesta en servicio de la caldera de vapor, la parte más importante de la máquina que, aunque es una copia veraz de la original, funciona con gasoil en vez de con carbón, al ser el primero un combustible más eficaz y menos contaminante.
Durante el desarrollo de este proyecto, Feve ha contado también con el asesoramiento del Museo del Ferrocarril de Asturias, organismo dependiente del Ayuntamiento de Gijón que se ha implicado tanto en la búsqueda de soluciones técnicas como en los aspectos culturales e históricos que es necesario tener en cuenta para la creación de la unidad de alto valor turístico y cultural de esta magnífica joya.