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9 enero 2012
El metro comenzará a circular bajo tierra por Maidagan a partir de febrero
La apertura del túnel soterrado de Getxo absorberá todo el tráfico ferroviario
Diego Artola - Domingo, 8 de Enero de 2012
Getxo. El soterramiento del metro en Maidagan empieza a ver la luz del túnel. El trazado ferroviario inicia la cuenta atrás para la supresión definitiva del último paso a nivel que existe en la línea junto al de Urduliz tras la reciente culminación del tramo subterráneo. Las unidades de metro dejarán de circular por el exterior a principios de febrero con la entrada en funcionamiento de la primera de las dos vías.
El Consorcio de Transportes prepara la retirada de los convoyes en los 330 metros de tramo soterrado programando para las próximas semanas las últimas pruebas técnicas que certifiquen la seguridad de la nueva vía. Una locomotora auxiliar comprobará durante cerca de dos semanas la idoneidad del paso con una verificación exhaustiva del tramo. "Se realizarán todas las maniobras posibles", aseguran portavoces de ETS, la empresa pública del Departamento de Transportes del Gobierno vasco. Las pruebas verificarán que las dimensiones del túnel aseguran el paso de los convoyes sin riesgo alguno.
ETS apura los últimos remates para la puesta en marcha de la vía en sentido a Plentzia tras la instalación de todo el equipo técnico, como las catenarias, que suministrarán el flujo eléctrico a los trenes, o el sistema de señalización. En la actualidad, los operarios trabajan en el empalme del tramo de esta nueva vía con el trazado existente hasta el final de la Línea 1. Una vez abierta, el túnel absorberá toda la circulación ferroviaria eliminando el tramo exterior de Maidagan. El soterramiento supondrá una profunda operación urbanística en el entorno con la supresión de la barrera ferroviaria existente a lo largo de los 330 metros.
Este nuevo paso desencadenará el proceso de recuperación de la zona que comenzará en febrero con el desmantelamiento de la infraestructura provisional habilitada para compaginar la continuidad del servicio con las obras de soterramiento. Así, la calle Domingo Iturrate, -paralela al recorrido ferroviario-, recobrará su estado original con la eliminación de la vía provisional que desde hace 17 meses absorbe el tráfico de trenes en el doble sentido de circulación.
La calle recuperará su dimensión con la retirada del tramo ferroviario que todavía ocupa la calzada y que ha suprimido en este tiempo todos los aparcamientos disponibles. El soterramiento del servicio también permitirá desmantelar la pasarela metálica habilitada en la calle Maidagan para mantener su continuidad peatonal.
La actuación urbanística abarca también la Estrada de Goñi, la otra calle paralela al recorrido del metro. De hecho, ETS aborda en la actualidad la última fase de su reurbanización con la renovación de sus luminarias. Previamente, el Departamento renovó todas las canalizaciones subterráneas de la estrada.
Sin embargo, el plato fuerte de la urbanización se sitúa en el antiguo paso a nivel de Maidagan, donde la cubierta del túnel ha dejado una explanada virgen de hormigón. ETS deja el diseño de este espacio al Ayuntamiento para que decida sobre su urbanización.
Adaptación El Consistorio también deberá concretar la ordenación de las calles en esta nueva etapa sin metro. En concreto, el municipio decidirá la circulación viaria tras la modificación de Maidagan, una calle que antes del soterramiento disponía de doble sentido de circulación. Sin embargo, la eliminación de la presencia exterior del metro no supone la conclusión de las obras del túnel porque la segunda vía del túnel se encuentra en un estado más retrasado. En la actualidad, este paso afronta la fase final con la instalación de la catenaria y de los servicios de señalización.
De hecho, el servicio en este punto no recuperará su normalidad hasta marzo, la fecha prevista para la puesta en funcionamiento de la última vía. Durante este tiempo la circulación de doble sentido seguirá concentrada en un único tramo, como ocurre hasta ahora en el trazado provisional exterior. De igual modo, el servicio convivirá con las obras, lo que ralentizará el paso de los convoyes a una velocidad reducida para preservar la seguridad de los operarios. En cualquier caso, el soterramiento pone fin a una obra compleja por la cercanía de viviendas.