UN GOTEO... Y NO SÓLO DE TRENES

Flamante, sí; pero con problemas impropios de algo recién estrenado, también... La sorpresa de los viajeros del tren con salida o llegada a Logroño ha sido inevitable cuando, tras las últimas lluvias registradas en la capital, no pocos se topaban en su camino con conos advirtiendo de la presencia de agua en la planta baja. Y es que, a punto de cumplir su primer año en servicio, la nueva estación de ferrocarril –en cuya cubierta y zona sur se sigue trabajando– presenta filtraciones y goteras que provocan la aparición de charcos para desesperación del personal.

Los problemas se centran concretamente en la zona de andenes; una vez cruzado el vestíbulo –libre de humedades– y tras descender por las escaleras mecánicas, las señales de por dónde se cuela el agua se hacen claramente visibles en el suelo, las columnas y prácticamente en todos los lucernarios, que por lo que se puede apreciar no sólo permiten el acceso de luz natural a las entrañas del soterramiento.

Ayer mismo, varios días después de las últimas precipitaciones, todavía se apreciaban charcos en algunos de los andenes provocados por un continuo y constante goteo... Además, la presencia de conos rojos delimitando la humedad del suelo delatan que el problema no es nuevo.

«El estado de las juntas de dilatación puede ayudar a hacerte una idea del problema cada vez que llueve... incluso este fin de semana se han inundado las salidas de emergencia», comentaba personal de la estación a Diario LARIOJA a pie de vía. Manchas de humedad aquí y allá se perciben justo en la zona donde prosiguen las obras de lo que será el parque elevado de la gran zona verde resultante entre Lobete y Cascajos. Y es precisamente eso, el que «aún se está de obras», la razón esgrimida desde la Sociedad Logroño Integración del Ferrocarril LIF2002 para justificar la entrada de agua, «puntualmente y dentro de lo habitual», al interior de la estación.

«Ni siquiera podemos hablar de reparaciones porque la obra aún está en ejecución. Además, las filtraciones se limitan a la zona de andenes y es justamente en su superficie donde se trabaja en estos momentos», explicaba ayer a este periódico Mari Cruz Gutiérrez, directora técnica de LIF 2002, quien aseguraba que tales filtraciones no interfieren en el tráfico ferroviario y matizaba que éstas no han aparecido donde las obras pueden darse por finalizadas.

Desde la propia sociedad se resta importancia al problema remitiendo, eso sí, a la conclusión del proyecto para que ADIF haga uso de la garantía en caso de ser necesario siempre y cuando continúen las humedades.