ABC.ES

11 diciembre 2012

Madrid

Un autónomo de Gijón, en huelga de hambre ante la sede de Feve

s. l. / madrid
Día 10/12/2012
-Busca cobrar una deuda de 75.000 euros que mantiene pendiente de un hilo su empresa

El empresario gijonés José Ramón Rubio comenzó este lunes en la capital una huelga de hambre frente a la sede de Feve con el objetivo de que la empresa pública pague 75.000 euros a su empresa, Barnizados Unión, por la obra realizada en cuatro vagones del tren Al-Ándalus. La misma está ejecutada por una cadena de subcontratas de la que es el último eslabón.

«Me pondré en huelga de hambre a su puerta y luego... Dios dirá. Ya me están matando, así que para matarme aquí, que me vean morir allí», ha manifestado este empresario de 50 años, casado y con una hija de 11 años.

Según Asociaciones Federadas de Autónomos de Asturias (Afas), Feve asegura que el empresario gijonés tiene que reclamar el dinero a la empresa que le contrató, Fenit Rail, que está en concurso de acreedores, a quien dicen pagaron en su momento el dinero íntegro de la obra.

Pero lo que no han dicho es que la obra de rehabilitación del tren A-Ándalus tuvo unas demasías de 104.000 euros que Fenit Rail no cobró de Feve y por tanto no pagó a Corzo Ebanistería, por lo que esta no pudo pagar ni a Barnizados Unión ni a Tapicería Cecris. Fenit entró en concurso de acreedores a principios de agosto y está participada en un 37,50% por Feve

Laura Sampedro, senadora gijonesa del Grupo Parlamentario Popular, ha acudido a las puertas de Feve para conocer de cerca la situación de José Ramón y ha mediado una reunión entre el autónomo en huelga de hambre y Antonio Aguilar, presidente de FEVE.

Le atiende el presidente de Feve

Según palabras de José Ramón «Antonio me ha recibido muy cordialmente. He derramado lágrimas en la reunión, pero sobre todo de indignación e impotencia porque no me ha aportado ninguna solución y me ha dicho que el curso legal deberá transcurrir para que yo pueda cobrar. Pero es que yo no tengo más tiempo, ni yo, ni mis socios, ni mis trabajadores, ni mi empresa».

Además, y según relata José Ramón, Antonio Aguilar «me ha ofrecido diálogo y la puerta de su oficina abierta en todo momento, a lo que yo le he contestado gracias, pero baja tú a la calle a verme que es donde estaré pasando hambre y frío para cobrar y poder seguir trabajando».

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