En la película de Achero Mañas 'El Bola' (2000), que obtuvo cuatro premios Goya, los jóvenes de alrededor de 12 años del barrio marginal se entretenían con un juego peligroso en las vías del tren: El Bola y El Cometa se ponía cada uno a un lado de la vía, colocando una botella de plástico entre ellos. Cuando el tren llegaba a un palo que usaban como marca, los dos cruzaban rápidamente la vía intentando conseguir la botella antes de que les alcanzara la locomotora. Es una peligrosa modalidad del juego del pañuelo.

Una supuesta prueba de valor similar a esta es la que hicieron seis menores de Navalmoral de la Mata, a las seis menos cuarto de la tarde del 23 de octubre del año 2011, en las vías que pasan al lado del que era su instituto, el IES Albalat.

Según la sentencia del Juzgado de Menores de Cáceres, los muchachos decidieron esperar al tren que había salido de Badajoz con destino Madrid, para ver quién tenía más valor y se apartaba el último. La idea fue de uno de ellos, pero según la sentencia, «todos aceptaron lo que les pudiera parecer reto o proeza y decidieron, materialmente, ejecutarlo de modo que, dos o tres de ellos se tendieron y tumbaron directamente en la propia vía, mientras que los otros permanecían allí mismo al lado aguantando y esperando todos a que el tren llegase y estuviese lo más cerca posible».

El maquinista les vio. Comenzó a hacer señales acústicas y gestos para que se apartaran, pero los muchachos no se movieron; uno incluso le hizo un 'corte de mangas'. Tuvo que parar el tren. La Policía Local identificó luego a los seis.

El Juzgado de Menores condenó al que tuvo la idea a estar seis fines de semana sin salir de su domicilio, y a los otros cinco a prestar 70 horas de servicios a beneficio de la comunidad. La sentencia fue recurrida por los padres de estos cinco menores que aseguraban que no quisieron parar el tren, afirmando dos de ellos que lo que intentaban era retirar de allí al que tuvo la ocurrencia, que a su vez aseguró que lo único que hacía era poner monedas en los raíles del ferrocarril.

En la película, la policía también detiene a El Bola por hacer la prueba de valentía; pero no es juzgado y condenado como en Cáceres. Sólo es regañado por su padre de una manera no muy severa. Aquí la realidad va más allá que la ficción.