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6 febrero 2013-02-06

Renfe da por perdidos 140 millones que la Generalitat debe por Cercanías

 Miguel Ángel Gavira / Jordi Sacristán (Barcelona)

-La deuda acumulada de años anteriores es de 291 millones de euros

 

A todos los contratiempos que se le presentarán a Renfe en su cuenta de resultados por la integración de Feve y los costes de la separación de la compañía en cuatro filiales se suma otro más: la operadora da por perdidos los 140 millones de euros que la Generalitat debe pagarle este ejercicio por la explotación de los Rodalies, los trenes de Cercanías de Cataluña, según explican a elEconomista fuentes conocedoras del proceso.

Este importe se sumaría a la deuda que el Govern tiene acumulada en los dos últimos ejercicios 2012 y 2011 (y una pequeña parte de 2010) con la empresa presidida por Julio Gómez-Pomar y que ya asciende a 291 millones de euros.

Los 140 millones que no pretende pagar la Generalitat llegan en un momento bastante delicado para Renfe, que no hizo comentarios sobre el tema a este periódico. A pesar de que la operadora ha reducido pérdidas en 300 millones en 2012 y ha dejado los números rojos en sólo 40 millones -como adelantó este periódico- para 2013 la compañía ferroviaria prevé unas pérdidas de 171 millones por situaciones como la integración de Feve, que le obliga a asumir unas pérdidas de 80 millones de euros.

Si a ello le sumamos que el Govern no va a pagar los 140 millones que cuesta el servicio de Rodalies este ejercicio, pese a que Renfe si lo va a explotar, el resultado final de 2013 podría ser bastante peor del expuesto por Gómez-Pomar en el Congreso a finales de 2012. Además, el efecto en las cuentas de Renfe de la liberalización del tráfico de pasajeros a partir del próximo 1 de agosto es todavía una incógnita.

La "culpa" es de Fomento

Desde la Generalitat aseguran que es Fomento quien "debe pagar los 140 millones anuales que el servicio de Rodalies le genera a Renfe, ya que no hemos firmado el Contrato de Servicio 2012-15 y sigue vigente el Contrato Programa que el ministerio mantiene con la operadora". La administración catalana no lo firma porque Fomento "no garantiza el traspaso de financiación correspondiente, por lo que no podemos asumir el compromiso".

Esta deuda y algunas anomalías en la prestación del servicio han enrarecido las relaciones entre Renfe y el Gobierno catalán. La parte más visible de este enfrentamiento es la apertura por parte de la Generalitat de 125 expedientes sancionadores a Renfe Operadora que podrían dar origen a multas de hasta 3,7 millones de euros. La llegada a la consellería de Territorio y Sostenibilidad de Santi Vila ha reabierto las negociaciones entre la Generalitat y Fomento, pero la situación está tan enrocada y la disposición de presupuesto es tan escasa que no es previsible que se alcance un acuerdo entre las dos administraciones.

El origen del conflicto

La Generalitat mantiene un enfrentamiento abierto con el Ministerio de Fomento por las inversiones que el Gobierno central debería haber realizado en la red de Rodalies de Barcelona y que no ha hecho. Hace tres años, cuando se produjo el traspaso de la red ferroviaria, Fomento (responsable de la infraestructura a través de Adif y propietaria de la operadora Renfe) se comprometió a ejecutar el Plan de Rodalies 2008-2015 del que, según los últimos datos disponibles, sólo se han ejecutado 350 millones de los 4.000 que estaban presupuestados.

De esta cantidad, 3.050 millones debían destinarse a la modernización de infraestructuras ya existentes y 950 millones estaban asignados para nuevas estaciones. La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha reconocido en público las necesidades de inversión de Rodalies, pero asegura que el plan debe ajustarse a la nueva realidad económica.

El Gobierno catalán argumenta que el mal servicio -a su juicio- que ofrece Renfe en Barcelona se debe muy frecuentemente al estado de la infraestructura, sobre la que la Generalitat no tiene competencias. Consideran que no sucede lo mismo en las Cercanías de Madrid, donde Fomento mantiene el ritmo inversor pese a los recortes.

La situación se ha agravado con la dotación que los Presupuestos Generales del Estado del 2013 consignan para la red catalana: 15 millones de euros, la misma cantidad que en Madrid se llevará una única actuación: la adaptación de la vía de Barajas para recibir el AVE. Mientras Fomento asegura que el Gobierno central mantiene un alto nivel inversor en Cataluña (el AVE y el Corredor Mediterráneo) la Generalitat denuncia que la red ferroviaria está desatendida.

Cercanías de dos velocidades

Las dos Cercanías van a distinta velocidad para el Govern. Mientras que en los últimos 20 años la madrileña ha ganado 84 nuevos kilómetros y 17 de túneles urbanos, la barcelonesa no ha crecido en un sólo kilómetro. La única ampliación ha sido la del corredor El Papiol-Mollet, que se modernizó para soportar servicios de Cercanías.

El área de Madrid ha estrenado 20 estaciones y la de Barcelona, cinco. Esta evolución desigual (siempre según la Generalitat) ha permitido a las Cercanías madrileñas convertirse en uno de los mejores servicios ferroviarios de proximidad de Europa, con 1.458 trenes diarios y un incremento de viajeros hasta alcanzar los 940.000 diarios. En Barcelona, con una red más pequeña en kilómetros y un número similar de estaciones, Rodalies gestiona 826 trenes, pero sólo transporta 346.000 pasajeros al día.

El problema para la Generalitat es que, con la infraestructuras disponible, los registros en Rodalies no pueden mejorarse porque está al límite de su capacidad.

 

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