El Ministerio de Fomento está revisando la oferta y la prestación actual de servicios ferroviarios de cara a la liberalización del transporte de viajeros del próximo 31 de julio, para lo cual está pensando en librarse de aquellas líneas de trenes regionales que no generen rentabilidad económica y social, con redefinición incluida del concepto de servicio público. Hasta ahora significaba que, aunque no hubiese rentabilidad económica, sí era necesario por su rentabilidad social y su aportación a la cohesión y vertebración territorial.

Fomento ha presentado ya un primer informe --según dispone el decreto-Ley 22/2012, de 20 de julio, por el que se adoptan medidas en materia de infraestructuras y servicios ferroviarios-- en el que plantea que un 40% de los trenes convencionales que circulan por Aragón deje de estar subvencionado, lo que significaría la desaparición de 10 de los actuales 26 convoyes existentes, como los de Zaragoza-Jaca, Zaragoza-Caspe-Mora de Ebro, Zaragoza-Ariza, Monzón-Lérida o Zaragoza-Teruel, sin contar con que se desconocen las frecuencias de las líneas garantizadas, que previsiblemente también disminuirán.

De no remediarse, esto sería el golpe definitivo para el ferrocarril aragonés después de años de un desmantelamiento progresivo, con cierre de estaciones, menos personal y cada vez un peor servicio, como conocen bien los sufridos usuarios.

Tenemos, en Aragón, unas características singulares, como la dispersión demográfica y la extensión territorial, que implican que, para alcanzar la vertebración territorial y conseguir la fijación real de la población rural y una buena movilidad es necesario un servicio ferroviario público eficiente y sostenible. Pero caminamos en la dirección contraria: el PP, desde el Ministerio de Fomento, considera que este servicio de transporte de pasajeros es de ineficiente utilización y que genera un gran endeudamiento.

Fomento apela a la corresponsabilidad y propone que sean las comunidades autónomas las que paguen, a través de un convenio con Renfe u otras operadoras, las líneas que no sean declaradas de obligación de servicio público. Y el consejero responsable de Obras Públicas y Transportes, Rafael Fernández de Alarcón, ha dicho que va a ver cómo hacerlo, a pesar que hace unos meses él mismo afirmaba que ni este ni otros convenios podían suscribirse porque se lo impedía la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Por eso en 2012 no se ha firmado, y para 2013 solo hay previstos en presupuestos unos insuficientes 400.000 euros.

Para Chunta Aragonesista (CHA) es sustancial el ferrocarril para Aragón y, por ese motivo, siempre lo hemos defendido. Sin embargo, hemos obtenido el rechazo más absoluto por parte del Partido Popular y el PAR, ya que las potenciales amenazas que se cernían sobre el ferrocarril se las tomaron con cierta frivolidad cuando presentamos una propuesta en las Cortes, ya en el mes de octubre. En ella defendíamos que no se suprimiese ninguna línea que atravesase Aragón, que se mantuviesen las frecuencias y la calidad adecuada, y solicitábamos que se firmase el convenio de colaboración entre el Fomento y la Comunidad Autónoma de Aragón para mantener todas las líneas ferroviarias.

Para terminar de mostrar el desprecio hacia Aragón y hacia sus comunicaciones en general y las ferroviarias en particular, el PP evitó en enero que la ministra Ana Pastor compareciese en el Congreso para explicar los recortes ferroviarios en Aragón, y, además, el portavoz del PP, Andrés Ayala, dijo textualmente que estas reivindicaciones que defiende CHA "provocan rechazo social al mantener trenes deficitarios en Aragón".

Hasta la fecha, Alarcón ha aceptado de forma dócil las propuestas de Fomento, que ha dicho que la redactaron de acuerdo con los sindicatos y las comunidades autónomas, así que hay que deducir que el Gobierno de Aragón ha estado desde el principio de acuerdo. Pero el consejero comparecerá al respecto hoy en las Cortes, a propuesta de CHA, así que tendrá oportunidad de explicarse y veremos entonces qué defiende, si los intereses generales de la ciudadanía aragonesa, como debería ser..., u otros.