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El juez analizará las dos conversaciones entre el maquinista de Barracas y el puesto de mando
El Centro de Tráfico Centralizado de Adif mandó reducir la velocidad de varios trenes poco después de la muerte del menor
El juez que investiga las causas del accidente mortal de Barracas analizará las dos conversaciones que el maquinista mantuvo con el puesto de mando de Adif minutos antes del arrollamiento del niño de seis años. Las grabaciones del Centro de Tráfico Centralizado (CTC) de Valencia recogen las instrucciones que recibió el conductor del tren tras un aviso recibido en el 112 que alertaba de la invasión de personas en las vías.
Como ya informó ayer LAS PROVINCIAS, 13 minutos antes del terrible accidente, una llamada al teléfono de emergencias 112 alertó del peligro de arrollamiento de niños y adultos que jugaban sobre la línea férrea nevada en el límite de las provincias de Castellón y Teruel. El Centro de Coordinación de Emergencias avisó de la situación de riesgo al puesto de mando del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y al Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil, pero las medidas preventivas que adoptaron no impidieron la tragedia.
Con el análisis de las conversaciones, el juez podrá determinar si existían unas condiciones de circulación especiales para prescribir lo que se conoce como «marcha a la vista» -en el argot ferroviario-, una norma de obligado cumplimiento que insta al conductor del tren a avanzar con prudencia. La regla dispone también que la velocidad debe permitir al maquinista detener el convoy ante cualquier obstáculo visible desde la cabina de conducción o ante una señal de parada.
¿Pero a qué velocidad circulaba el tren que arrolló al niño? Adif y Renfe responderán a esta pregunta en los dos informes que elaboran sendas comisiones de investigación del accidente. Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, el juez de Segorbe ya ha pedido al Centro de Tráfico Centralizado de Adif algunos datos del arrollamiento, como las grabaciones -realizadas en los momentos previos al atropello del niño- de las conversaciones entre el puesto de mando y el maquinista.
El joven que dio la voz de alarma pidió a la operadora del 112 que comunicara de inmediato la grave incidencia al puesto de mando de Adif. Conocía muy bien los horarios de los trenes porque su pasión, el ferrocarril, le había empujado esa fría mañana a madrugar para fotografiar un convoy a su paso por el paraje nevado. Cuando llegó a la estación de Barracas, el joven vio cómo adultos y niños, ajenos al peligro, se deslizaban por una pendiente blanca con trineos, colchonetas hinchables y otros utensilios de plástico.
Primero advirtió a una pareja del grave riesgo que corría por la inmediata llegada del tren, pero no le hicieron caso, y luego telefoneó con su móvil al 112. El reloj marcaba las 14.05 horas del pasado 2 de marzo cuando el Centro de Coordinación de Emergencias recibió la llamada. La conversación telefónica duró 58 segundos. Durante ese tiempo, el testigo explicó dónde se encontraban los grupos de personas que invadían las vías. Trece minutos después, el tren arrolló al niño cerca de la estación de Barracas.
El maquinista fue avisado para que redujera la velocidad en ese tramo en las dos conversaciones que mantuvo, entre las 14.05 y las 14.08 horas, con el puesto de mando de Adif. Horas después, varios trenes circularon despacio por las vías nevadas tras recibir sus conductores instrucciones precisas del supervisor del tráfico en la zona.