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18 diciembre 2013

Angrois: vamos a contar mentiras

18 de diciembre de 2013

La inauguración a bombo, platillo y ministros del AVE Barcelona-París me ha recordado la de hace ahora justo tres años, la línea Ourense-Santiago-A Coruña, a la que también proclamaron hito histórico los entonces ilustres viajeros José Blanco, Alberto Núñez Feijoo, Francisco Álvarez-Cascos y los alcaldes de las tres ciudades. Los Pirineos nos acercan a Europa, Galicia y la Meseta se unen. Las letras pequeñas de las notas de prensa, esas que nadie lee, rebajan las euforias. En aquel entonces se aseguró y nos creímos que la línea de alta velocidad Madrid-Galicia «está dotada de los sistemas de señalización y control ferroviario que garantizan la máxima seguridad de la línea, los pasajeros, el material rodante y el resto de las instalaciones ferroviarias» (Dimetronic, 12/12/2011). Ourense-Valladolid sigue hoy traqueteando y en ambos casos sigue compensando volar, pues «la circunvalación de Nimes no estará lista hasta 2017» y «el tramo Perpiñán-Montpellier se cubrirá por ancho convencional limitando a los 200 kilómetros por hora la velocidad máxima». Esto último, tristemente, nos suena, ¿verdad? Pero se dice bajito.

Hoy, 17 de diciembre, camino del quinto mes del accidente, la Plataforma de Víctimas del tren Alvia se concentró en Madrid, cansados «de que se rían de nosotros en este país donde los políticos campan a su antojo, se cuelgan medallas y no se responsabilizan de sus actos». Ya les vimos en Los olvidados de Angrois, de V Televisión, y de canal en canal denunciando su abandono, sus gastos impagados, sus humillaciones por las compañías de seguros. 81 víctimas (que no 79), centenar y pico de heridos. Uno de ellos, si no me equivoco, todavía en La Rosaleda. ¿Quién paga a su familia cama y comida y consuelo?

 

La causa judicial

Del proceso judicial es mejor no hablar. Un juez imputa a la de dios, que es gratis. Un Ministerio de Fomento y un ADIF interfieren y esconden cuanto pueden. Y eso que iban a colaborar. Por septiembre sería cuando ambos firmaron y divulgaron a viva voz la cesión de terrenos para zona de recreo de Angrois. Un convenio, en su letra pequeña, con fecha de caducidad. A día de hoy, catorce de sus propietarios no han cobrado ni siquiera la expropiación. Y serán ellos quienes cedan, si quieren, altruistamente sus propiedades. En estos tiempos de hambre, un terreno para sembrar patatas no se regala por cuatro euros.

El Sindicato Unificado de Policía cuestiona la concesión de medallas y subidas de sueldo consecuentes. Quien estuvo en las vías la noche del 24 de julio sabe que algunos en vez de una medalla se merecen un despido fulminante. Ellos saben quiénes son y lo que hicieron o dejaron de hacer. También las autoridades que miraban desde el puente. Ninguno se manchó su traje, corbata y zapatos brillantes. No sé qué demonios pintan en determinados homenajes. Ese pueblo al que dicen representar no miente ni escribe con letra pequeña.

 

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