DiariodeBurgos.es

24 junio 2013

ADIF ya ha gastado 310 millones en un AVE parado por 800 metros

H. Jiménez / Burgos - lunes, 24 de junio de 2013

 

En los cerros que rodean a la localidad burgalesa de Estépar, muy cerca de donde fueron fusilados cientos de presos políticos de la Guerra Civil, el silencio sigue dominando el paisaje. No hay rastro de los operarios que debían consumir en los bares y restaurantes de las localidades cercanas, ni tampoco del ruido de los motores de la maquinaria pesada que debería estar moviendo toneladas de tierra.
El tramo más retrasado de la línea de alta velocidad Valladolid-Burgos, el que debe conducir a los futuros trenes hasta la variante de la capital, sigue sin arrancar después de todo el invierno parado, a pesar de que las lluvias dejaron de ser persistentes hace semanas, de que el barro del entorno se ha secado y endurecido, permitiendo circular por caminos y traza, y de que las temperaturas son ideales para trabajar.
Y aun así, una liebre se cruza por delante del periodista y el fotógrafo que van a curiosear por las obras inertes. Es el único signo de actividad en la zona, aunque el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) asegura que «los trabajos se van a reanudar este mes de junio», previsiblemente para darle otro pequeño empujón al tramo aunque quizás solo durante cuatro meses, porque en cuanto lleguen las heladas y las lluvias del final del otoño la mayor obra pública de la provincia volverá a echar el telón. Y así hasta el año siguiente.
El Estépar-Burgos y su túnel de 800 metros de longitud se han convertido en un tapón para la llegada de la alta velocidad a la capital burgalesa. En realidad, hace meses que el ADIF decidió que no se ejecutaría horadando el monte sino mediante el método de trinchera, pero entre el cambio del proyecto y las dificultades económicas se ha perdido un tiempo precioso que ya no podrá recuperarse.
De hecho, hace poco que el Gobierno desistió de la fecha de 2015 ofrecida por José Blanco, último ministro de Fomento del PSOE. Ahora su sucesora, Ana Pastor, no ofrece previsiones y se limita a decir que la construcción «sigue para adelante» como hizo el día 13 en la inauguración de la A-73, pero sin mojarse más. Más bien parecería que el tramo de Estépar está siendo la excusa perfecta para que el Gobierno no tenga prisa en rematar la línea de alta velocidad.
Hasta el momento la arcas públicas han empleado en los tramos proyectados para dar servicio a la provincia de Burgos 309 millones de euros, según un documento interno de trabajo fechado por ADIF en abril de este año y que la semana pasada fue filtrado a través de páginas web especializadas. El gasto mayoritario ya se ha realizado en los ramales de Venta de Baños hacia la línea del País Vasco (83 millones) así como en los alrededores de la localidad palentina de Torquemada.
Entre los que recorren la provincia, los tres primeros (de Quintana del Puente a Villodrigo, de ahí a Villazopeque y de ahí a Estépar) están prácticamente terminados y entre todos ellos suman alrededor de 125 millones. Otros 25 aproximadamente derivan de lo poco del último tramo que se ha avanzado, pues costaba más de 80 millones y la excavación-trinchera apenas se ha iniciado, aunque el pasado verano se ejecutaron algunas estructuras de hormigón que suelen llevarse también muchos miles de euros.

Presupuesto y problemas con la ‘y’ vasca

El diputado socialista Luis Tudanca, que periódicamente hace un seguimiento de las obras, explica que hace unos días apenas había unos pocos operarios y maquinaria de pequeño tamaño en el entorno de Los Balbases pero nada más en el resto del trazado. A ese paso, una infraestructura de semejante calado se eternizaría.
Al ritmo de ejecución de la línea de alta velocidad entre Valladolid y Burgos no contribuirá, desde luego, el recorte económico acometido en el último ejercicio. Para 2013, y dentro de los tramos que afectan a la provincia burgalesa, el Ministerio de Fomento ha reservado aproximadamente la mitad del dinero de 2012, al pasar de 80 a 45 millones de euros. Serían suficientes para dar un empujón al túnel de Estépar, pero no para acabarlo y una parte de ellos se destinarán al pago de certificaciones de la parte ya ejecutada.
Porque los otros tres subtramos están prácticamente finalizados. Tal y como puede observarse sobre el terreno, la plataforma (la que podríamos considerar como la ‘carretera’ ferroviaria) está lista para que sobre ella empiecen a colocarse las traviesas, las vías y la electrificación. Tiene las canaletas de desaguar a los lados, está vallado para impedir la entrada desde fuera de la traza... Si hubiera voluntad política y disponibilidad económica los trenes podrían estar circulando sobre ella en cuestión de un año, o como mucho dos.

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